Capítulo XXV

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Ahora Granolah y Maki estaban al tanto, mientras hablaban llegaban los demás.

Bulma, Milk, Tien, Krilin y Yamcha, además de las gemelas Lanch y Ranchi.

Y ya sabemos sus respuestas a este tema.

—No nos sorprende.

Black tan solo quería que la tierra lo tragara, era el único tonto que no se daba cuenta de todo ello.

Bueno... pasaron las clases hasta el receso, en donde Vegeta se llevó a Trunks para poder hablar y tener con quien tratar el tema que tenía atorado en la garganta.

—¿Lo dices en serio?

Vegeta asiente.

—Eh, woah, pues te felicito. ¿Pero Black sabe?

—No, eres el único junto a mi hermano.

—Oh...

—Es que no sé como decírselo, además me enteré anoche. Imagínate, apenas creo tener el valor de decírselo a él como para tener que decirlo a sus padres, porque sí o sí deben saber de esto.

—Mmh... Lo harán juntos, por eso debes decirle a él primero. Quizás luego de clases le digas que quieres hablar con él en tu casa y... le muestras los resultados. O le preguntas ¿Quieres nena o nene? Y pum, le suelta la bomba.

—Se va a desmayar.

—De todos modos se va a desmayar, yo te lo apuesto.

—¿Tu casa?—Pregunta con una sonrisa.

—Hey, no la perdí, admitió que era lindo.

—Sí, lo es... y ya vi que lo traes a rastras tuyas, que deja a su amiga por ti.

—Te diré algo... Sí somos novios, él dice que me quiere y quiere estar conmigo casi todo el tiempo además... ya lo... ya sabes.

—¿En serio?

—Sí.

—¿Y es bueno?

—Ay, no preguntes esas cosas—Voltea algo sonrojado.

—Es una duda—Ríe levemente.

—Ya, la cuestión es que apuesto que cae como saco de papas al suelo.

—Vale. Le diré a Tarble que grabe.

—Bien.

—Me das tu casa.

—No, no, no vuelvo a apostar mi casa. 10 Zenis.

—20.

—Hecho.

.
.
.

—¿Vamos?

—Ok. ¿Pero de qué quieres hablar?

—De bastantes cosas—Le toma la mano para bajar las escaleras.

—Bueno, con suerte Goku se irá con sus amigos, así me ahorro una discusión.

Se dirigieron ambos a la casa del castaño, quien estaba un poco nervioso por lo que fuera a pasar ese día.

Sabía que Tarble no estaba en casa, así que estarían a solas en todo ese rato.

Abrazaba fuerte a Black mientras este conducía. Daba algunas caricias sobre su abdomen, donde se encontraban sus manos.

—¿Pasa algo?

—No, nada.

—¿Seguro?

—Sí.

Dio un giro, llegando a la calle de su destino.

Estacionó afuera y ambos bajaron. El moreno convirtió la motocicleta en cápsula y la metió en su bolsillo.

Entraron a la casa, Black se quedó en él sofá mientras Vegeta iba a su habitación a buscar unas cosas.

Volvió y se sentó a diestra de Black, sujetando unos papeles. Este le miraba, esperando a que dijera algo, sospechaba que no era fácil para Vegeta hablar de ello.

—Yo creo que... sabes que hay hombres que pueden quedar en cinta, ¿no?

—Sí. Yo soy uno de... ellos.

Le toma la mano al moreno, mientras su rostro ganaba un tono carmín.

—Yo no sabía... que también lo era. Y también sé que tú recuerdas bien esa vez en la que el preservativo se dañó.

Black aprieta un poco el agarre de su mano.

—Black... está confirmado que... seremos papás.

Le mostró aquella hoja de resultados, viendo que había una encerrado con marcador de color morado y alrededor habían corazones dibujados.

Black soltó su mano y también la hoja. Vegeta tragó grueso al notarlo, pero ese sentimiento de rechazo se fue al sentir sus grandes brazos a su alrededor. Correspondió, pasando sus brazos por debajo de los de Black, sujetándose a sus hombros.

Pego su frente entre su hombro y su cuello, buscando encontrar refugio en el moreno que le abrazaba con fuerza.

—Ay, amor...—Acaricia la espalda del castaño, quien se pegaba a él. Se movió un poco y besó repetidas veces su cabeza, bajando un poco hasta poder llegar a su frente.

Apoyó su mejilla a su cabeza, con una sonrisa y pequeñas lágrimas de emoción que corrieron por sus mejillas.

Al separarse, se vieron a los ojos.

—¿Estás llorando?—Pregunta con una sonrisa al moreno.

—Tú también.

Vegeta ríe levemente y le toma el rostro con ambas manos para luego plantarle un beso a Black.

—Te amo.

—Yo los amo a los dos.

Pasaron juntos la tarde, hasta que un pequeño pedido de Vegeta le hizo sonrojar.

—Queremos rollos de canela, seguro papá podría conseguirlos, ¿No es así?—Mira al moreno, quien se había sonrojado bastante por ello y parecía que echaba corazoncitos.

—S-Sí, yo, yo, yo los consigo—Se levanta y corre hacia la salida—¡No tardo, amor!

Vegeta tan sólo rió dulcemente, viendo la reacción de su pareja al decir la palabra "Papá".

Oyó la motocicleta encenderse y luego alejarse bastante.

En cuanto a Black, este parecía tener el corazón latiendo a mil por hora. Jamás creyó que esa simple palabra le haría estar así de nervioso, emocionado y muchas cosas más.

Además, por Vegeta siempre daría hasta lo que no tiene para hacerlo feliz.

Quizás no fue premeditado, pero algo era lo que lo hacía feliz y realmente no sabía por qué, no entendía ese sentimiento.

Llegó a una panadería y compró poco más de diez rollitos para su Vegeta. Además, sabía que Tarble estaría por llegar y sería lindo compartirlos los tres.

El dinero no era problema, pues cobraba por dibujar para trabajos de otros, y solía ahorrar la mesada que le daba su padre.

Así que, esos rollitos no dolieron nada, más bien valían totalmente la pena pagarlos.

Ya estaba volviendo, así que volvió la moto una cápsula y estaba yendo hacia la casa, aunque ver el portón abierto no le dio buena espina.

Corrió adentro y justo en la entrada soltó la bolsita con rollitos, a lo cual un par de ellos cayeron al suelo y rodaron.

—¡Vegeta!

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PERDONENME LA VIDA

Bueno no, tampoco es como si me arrepintiera, si los personajes no sufren es como si no fuera historia mía ja ja.

Ah, y Lanch, ya saben, es la peliazul, Ranchi es la rubia. Nunca las mencioné, pero siempre están ahí al igual que Yamcha y Tien Shin Han.

Nos vemos, wachinxs

~♡~

Pelear Por Tu Amor 《Black×Vegeta》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora