Pelear Por Tu Amor 《Black×Vegeta》

Capítulo XXXVIII

Al final Vegeta aceptó que Bura se quedara con Gine mientras ellos iban a la escuela.

De todos modos, debía aceptar que deseaba volver a tener una vida normal al menos en la escuela.

Aunque ambos se la pasaban cansados en clase. Sus horarios de sueño habían cambiado de un momento a otro, algo a lo que ninguno se había acostumbrado aún.

Ahora estaban en clases, mientras tanto, Bardock y Gine estaban con la pequeña Bura.

El moreno de la cicatriz la tenía en sus brazos, meciéndola para que se durmiera.

La pelinegra estaba en la cocina, preparando el almuerzo. Picando varios vegetales que utilizaría para hacer una sopa.

—¿Sucedió algo para que te quedaras hoy?—Le pregunta desde la cocina.

—No, sólo no quería dejarte sola con ella.

—Mmh, ya veo. ¿Ya se durmió?

—Está a punto de caer... espero.

—Seguro que sí, Black logra dormirla bastante rápido, no creo que te sea tan difícil.

—Supongo.

—¿Te quedarás todo el día?

—Por lo menos hasta que lleguen estos chicos. ¿Por qué?

—Nada, solo preguntaba. Veo que ella te mantendrá por aquí más seguido, ¿no?—Pregunta sonriendo.

Bardock tan solo rueda los ojos, sabía a qué quería llegar con todas esas preguntas y comentarios.

Era verdad que nada ni nadie hacía que saliera de la oficina tan seguido. Pero desde que Vegeta estaba en su último mes, decidía volver temprano e incluso el día del parto él había estado allí desde la mañana.

Y ahora que había nacido la niña, pues seguramente vendría más seguido para ayudar a Gine con ella.

—Ay, dios mío...—Ve que la pequeñita estaba ya dormida, así que fue hasta el carrito que estaba justo al lado del sofá y la dejó ahí acostada.

Dio un suspiro y se fue a sentar al sofá, así tendría vigilada a Bura.

—Hey, Bardock.

—Dime...

—¿Te gustaría salir a cenar a la ciudad?

Ok, eso no se lo esperaba para nada.

—¿Cenar...?—Preguntó despacio, sin notar que esos ojos oscuros que tenía empezaron a brillar.

—Sí, hace mucho no salimos y quería que volviéramos a hacerlo, como cuando éramos jóvenes.

—Me... me encantaría...

Su voz se había suavizado.

Gine podía alterar la química de su cerebro con tan sólo hablarle, pero ahora su invitación había sido la que lo puso así.

—Ok, entonces le diré a los chicos que saldremos mañana.

—Vale, me parece perfecto.

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—Que cansadoras las malditas clases.

—Sí... sólo quiero dormir—Apoya su cabeza a la espalda de Black. Estaban por volver a casa en la motocicleta del moreno.

—Espero y Bura esté tranquila hoy.

—¿Kakaroto se fue?

—Irá a comer con Milk, así que no volverá hasta más tarde—Arranca la moto y se dirige hacia las calles.