Capítulo XXIV

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—Vegeta, no te va a pasar nada.

—Pero yo no podría soportar que Black no quiera ni mirarme...

—¿Estás tonto? Tú sabes que no hiciste nada malo y debes levantar la cabeza. ¿O qué te da miedo?

—Que tengo que decirle... lo de los resultados.

—No tienes que hacerlo ahora mismo, debes hacerlo cuando te sientas cómodo.

—¿Y si me salto ese paso?

—¿Te gustaría que él te ocultara algo así? No, ¿cierto?

—Agh, tienes razón...

—Además dudo que quieras saltarte más clases, ¿no?

—Gracias por ser la voz de mi conciencia...

—Sí, sí, pero ya levántate.

Su hermano podía ser muy dulce, pero también algo indiferente en algunos casos.

No tenía remedio, debía ir a clases.

Luego de bañarse y cambiarse, salió al comedor para desayunar algo ligero.

Al salir a la calle... se sorprendió bastante pues no esperaba que alguien le estuviera esperando afuera.

Se quedó algunos segundos parado en la entrada junto a su hermano, quien le sonreía al moreno que estaba ahí sentado en el asiento de la motocicleta.

—Ve con él...—Le susurró al mayor.

Este tomó fuerte su mochila y lento se acercó a la acera.

Black se bajó y se quitó el casco, colocándolo sobre el asiento. Rodeó su moto y alcanzó a Vegeta, abrazándolo con fuerza, a lo que el castaño correspondió instantáneamente, habiendo deseado eso toda la noche.

Ambos deseaban estar entre los brazos del otro una vez más, querían sentir el calor que emanaba de sus cuerpos, esa calidez única que sentían cuando estaban juntos.

—Black...

—Ya lo sé todo... lo sé y quiero que me perdones por no haberte querido escuchar ayer.

—Te comprendo... así que no hace falta que me pidas disculpas—Levanta el rostro, mostrando lágrimas de emoción que surcaban sus mejillas algo ruborizadas.

El moreno tan solo le toma del rostro con delicadeza y limpia sus mejillas, pasando sus pulgares por ellas, quitando aquellas gotas que bajaban una a una por su piel.

Aún con sus ojos desbordandose, sus labios tenían una sonrisa dulce que le regalaba a Black.

Este se agachó un poco hasta poder estar a su altura, logrando que sus labios se unieran en un beso lento, uno que los dos estaban ansiosos por tener nuevamente.

Tarble los vio sonriendo.

—Vamos a clases.

—Sí. Nos vemos, Tarble—Se despidió de su hermano.

—Gracias, Tarble.

—No hay problema, los veo luego—Levantó su mano para luego irse caminando, su escuela estaba más cerca que la de Vegeta.

—¿Él... sabía de esto?

—Le pedí un poquito de ayuda.

—¿Tarble te dijo todo o cómo supiste?

—Yo creo que luego te cuento todo con más calma y más detalle, ¿te parece?

—Supongo.

—Es que alguien debe hacerte saber algo.

Pelear Por Tu Amor 《Black×Vegeta》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora