Capítulo 2. "Dices Divergente, yo escucho Libertad"

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Capítulo 2. "Dices Divergente, yo escucho Libertad"


-espero ser una excepción- murmuro y bebo el suero de un trago, miro a Tori, quien me mira algo confundida, mis parpados pesan, cierro los ojos lentamente, cuando la sensación de pesadez pasa, abro los ojos, dispuesta a preguntarle a Tori si esa sensación es normal.


Sin embargo, ella ya no está, estoy en la habitación sola, debe ser la simulación, me levanto de la silla y paso mis dedos por el teclado de la computadora.


-Elige- escucho una voz, me giro instantáneamente buscando a la dueña de ésta.


-¿Qué?- preguntó arqueando una ceja.


-Elige- repite, yo cierro los ojos molesta, al abrirlos delante de mí, hay dos recipientes, uno tiene una daga larga y otro tiene un pedazo de queso, vuelvo a alzar la ceja curiosa, me pongo entre los dos recipientes.


Trazo suavemente con un dedo el filo de la daga.


-elige- dice otra vez la voz. Tomo la daga justo antes de que desaparezcan ambos recipientes. De pronto escucho un rugido, me giro y me encuentro con un lobo, gruñendo hacia mí, muestra sus dientes y se agazapa en posición de ataque.


-¿Qué sé sobre los canidos?- pregunto suavemente, bajo la mirada y me agacho en señal de sumisión, manteniendo la daga frente a mí, mientras el lobo corre hacia en mi dirección, cuando salta, solo alzo la daga logrando cortarle un poco el pecho, el animal chilla y comienza a aullar más agudo, lo miro de nuevo para encontrarme un cachorrito herido, suelto la daga y lo tomo en mis brazos, lo acaricio tratando de calmar sus llantos.


-¿me prestas tu perrito?- me giro a la voz chillona y me encuentro a una niña pequeña sin facción, su rostro manchado de mugre y sus ropas desaliñadas, suelto al cachorro y este corre hacia la niña, mientras corre puedo ver cómo crece exageradamente hasta convertirse de nuevo en el lobo dispuesto a atacar a la pequeña que ya está huyendo, me giro rápidamente para tomar la daga, pero ya no está, no pierdo más tiempo y saco mis zapatos comenzando a correr, siento una ola de adrenalina mientras me lanzo sobre el lobo cayendo en el lomo, siento como el canido se desploma en el suelo y cuando me alzo un poco puedo ver que el animal ya no está, estoy sobre una alfombra y la niña ya no está tampoco, me pongo mis zapatos de nuevo y me levanto, comenzando a caminar en el salón vacío, veo que entra Tori, y entonces me relajo, terminó la simulación.


-¿conoces a éste hombre?- me pregunta directamente mostrándome una foto de uno de mis profesores de química avanzada.


-si- respondo seca, la miro a los ojos alzando una ceja.


-¿lo conoces de verdad?- yo giro los ojos.


-ya dije que sí- contesto molesta.


-solo di que no- pide ella mirándome.


-¿Por qué haría eso?-


-porque si lo niegas, podrías salvarme- grita- si lo niegas entonces me darás la oportunidad de escapar- me toma del brazo muy fuerte- ¿nunca has estado atada a algo?- la miro con mis ojos fijos- ¿algo de lo que quieras huir?- entorno mis ojos, ¡Ella lo sabe!, pienso asustada.

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