Capítulo 61 "Por favor"

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Capítulo 61 "Por favor"

Caminamos en silencio, yo en parte adormilada aún. Aferrándome a la cálida mano de Eric.

Después de un largo camino recorrido, nos encontramos con la pared agujereada de la que constaba la entrada a la sede de los Sin Facción. Nos adentramos para ver un revuelo. La facción parecía estar de fiesta. Pasamos entre las personas exageradamente felices, para por fin llegar al edificio grande y subir hasta dónde estaban nuestras habitaciones, nos despedimos de Cuatro y Tris en el pasillo.

Eric y yo nos dirigimos a la puerta que daba entrada a la habitación que compartimos hace poco.

— ¿Cómo te sientes? —pregunta sentándose en la orilla de la cama y jalándome para quedar montada a horcajadas sobre su cadera. Lo miro, encontrando en su mirada algo que me hizo sonreír, vi tranquilidad, paz.

Eric en verdad se había librado de un enorme peso, y quizá yo estaba siendo cruel y egoísta, pero si la vida de Jeanine Matthews significaba un daño a Eric, me alegraba tremendamente que la ex líder haya dado su ultimo respiro.

— No lo sé... —susurro—, lo que pasó fue impactante, pero no me importa, ahora puedo verte mejor en tu mirada, ver tu sonrisa más fácil. Si tu tranquilidad está en juego, yo puedo aceptar lo que sea. ¿Eso me hace una persona horrible?

— No para mí, bebé. Gracias por estar conmigo. —acaricia mi rostro casi con adoración, me sonrojo—. Tú eres lo que me mantiene de pie, ¿lo sabes? —se muerde el labio.

— Y tú a mí. —sonrío pasando mis dedos por su cabello castaño claro—. Eres lo mejor que he tenido desde... bueno, siempre. —su mirada intensa me hace suspirar —. Mi exclusivo. —lo veo sonreír de lado.

— Tú eres mi novia. Mi mujer. —dice—. El exclusivo ya está de más.

— Mi novio. —repito acariciando su mejilla—. Me encanta como suena. Mi novio, mío.

— Sí, tuyo solamente. —suelta una risita recostándose en la cama, llevándome con él, quedamos cara a cara—. Y de hecho, nunca había tenido una novia. Así que solamente tuyo, desde siempre.

— Eso me gusta. Porque esa pelirroja te miraba como si fueras un pedazo de pastel.

— Bueno, no la culpo. —dice alzando una ceja de forma arrogante—. ¿Me has dado una mirada últimamente? —pregunta presuntuoso, suelto una risita, él me sigue.

— Oh, créeme, líder. Lo hago todos los días. —sonrío acariciando sus labios con la punta de mi dedo—. Nunca me decepcionas, guapo. —guiño un ojo intentado ser coqueta.

Su mirada gris brilla y luego abre sus labios, dándome una mordidita en el dedo. Mi risa es cortada cuando su mano jala mi nuca y sus labios presionan con los míos, ambos comenzamos inmediatamente a moverlos, el suave choque de labios y lenguas nos mantiene inmersos en el momento. Mis manos bajan a su cuello y lo acaricio, sintiendo como su mano libre se aferra a un cachete de mi trasero, sonrío sobre el beso.

Unos golpes en la puerta nos hacen separarnos girando los ojos.

— Ya me parecía que se estaba tardando. — dice y yo me río, rodando fuera de él. Eric se levanta y yo me quedo en la cama. Cuando abre la puerta, Cuatro entra como si fuese su habitación, se sienta a mi lado—. Pásale, por favor, Cuatro. —murmura irónico.

— Gracias, Eric. Me gusta cuando eres así que amable. —sonríe burlón.

— Di qué sucede. —responde girando los ojos ante el tono del moreno.

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