Capítulo 4. "Bienvenida a Osadía"

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-gracias- susurra ella jadeando.


-¿estás bien?- le pregunta la chica de Verdad, es de mediana estatura, un poquito más baja que yo, de piel morena, ojos canela y cabello marrón corto. Linda, pienso.


La estirada asiente mirándonos a las dos, ella también es bonita, tiene el cabello rubio oscuro en un chongo grueso desarreglado por la carrera, piel aceitunada, enormes ojos de un color verde ocre, es de mediana estatura, un poco más pequeña que la chica de Verdad.


-soy Christina- se presenta la chica de Verdad, ofreciéndole su mano a la estirada, quien la toma algo temblorosa, luego se gira a mí y me ofrece su mano, la tomo y sonrió.


-Elizabeth- me presento a mí misma, dando un ligero apretón a su mano para después soltarla y ofrecer mi mano a la chica abnegación.


-Soy Beatrice- dice ella tomando mi mano y sacudiéndola dos veces.


-¿alguna sabe a dónde vamos?- pregunta Christina.


-supongo que vamos a la sede de Osadía- responde Beatrice. Yo asiento mirando a través de la puerta abierta, los edificios son borrones a causa de la velocidad, vuelvo a sonreír inconscientemente. Nos quedamos en silencio, cada quien pensando en lo que dejamos atrás.


-¡Están saltando!- escucho que gritan, todos nos ponemos de pie, Beatrice se asoma y puedo ver como su rostro palidece. Nos mira y asiente.



-Entonces, saltemos también- dice una chica de Verdad, ella es grande y con cabello por los hombros.



-Genial, porque eso tiene sentido Molly, saltar a un techo desde un tren en movimiento- contesta el primer chico de Verdad que entró al vagón, justo después de mí.


-Esto es algo por lo que nos unimos, Peter- responde ella. Molly y Peter, claro ya los recuerdo, les falta Drew, son el trio dinámico, bueno en realidad Molly y Drew solo son los segundones de Peter, y todos son bastante insoportables. Los conocí cuando mi padre acompaño a Jeanine a la sede de Verdad para arreglar un tratado con el líder de esa facción, yo fui a la cafetería y los vi, molestando a otros chicos, atacándolos y siendo crueles, no es de sorprenderse que se unieran a Osadía. Y de pronto un chico se levanta y se les une, claro allí está Drew. Suspiro y me giro hacia Christina y Beatrice.


-tenemos que hacerlo- murmuro mirándolas. Ellas asienten. Vemos como todos comienzan a saltar fuera, solo quedamos nosotras.


-vamos- dice Christina- juntas- nos ponemos las tres hasta el final del vagón y corremos, saltando una después de otra, caemos en el techo, nos hincamos, tratando de recuperar el aliento y Christina comienza a reír, su risa me contagia y a Beatrice también.


-que divertido- dice.


Beatrice y yo nos miramos sonriendo.


-hey, escuchen- escuchamos gritar a una voz varonil y ronca. Nos levantamos, sacudiendo la grava de nuestras rodillas y nos acercamos al otro extremo del techo, un chico alto y musculoso con un tatuaje en su cuello está parado sobre el borde del techo- Soy Eric, uno de sus líderes- nos mira y veo que sus ojos son de un azul grisáceo, muy bonitos, me regaño a mí misma por mis pensamientos- Para entrar a Osadía, esta es la forma de hacerlo- señala con su pie fuera del techo- si no tienen las agallas para saltar, entonces no pertenecen a Osadía- finaliza encogiéndose de hombros.

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