Capítulo 34 - Jax, el regreso de Ámbar

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Jax

Mi estómago duele al igual que mi cabeza y varias partes de mi cuerpo.

-¡Vas a decirnos dónde está la gallina de los huevos de oro o no!-grita ese mosntruo.

-No-digo adolorido por los golpes y casi sin aire.

-¡Mírame!-ordena Iginio apretando mi cara entre sus gruesos dedos-Vas a regresar porque no quiero problemas y sé que llamaron a la policía pero el plazo es el mismo, un mes y ya queda menos.

-No voy a hacer nada-suelto desafiante.

Mi actitud no es la más inteligente en mi situación, llevo una semana y tres días en este cuarto oscuro siendo golpeado en todas partes menos en mi cara, el muy hijo de puta sabe lo que hace, pero no pienso ceder.

-Sí que vas a hacerlo-suelta mi cara y se pasea de un lado a otro en la habitación con las manos detrás de su espalda-Mira idiota, si tú dentro de tres semanas no me traes a tu mujercita para que pidan un rescate por ella que me llene de pasta yo voy a por los gemelos esos, tu escoges.

Hace unos días este infeliz me dió la noticia de que mis gemelos ya nacieron al igual que el otro bebé. Odio que él sea el portador de esta noticia y sé que Linda debe estar colérica porque no estuve con ella y Ámbar que piensa que la engañé debe estar destrozada, me odio tanto por no poder hacer más de lo que hice para evitar este encierro.

-Ni a ella ni a ellos, pide el rescate por mí.

Comienza a reír como loco.

-¿Por tí?. ¿Qué vales tú?. Crees que no se que resultase ser el hijo del magnate pero a él ni le importas, la delicia de Ámbar sí.

-¡No le digas así cerdo!.

-No la defiendas, hace tres días que se fue con su madre llevándose a tus hijos con ella.

Intento que mi expresión no cambie ante la punzada en mi pecho.

Ella sabe perfectamente que estoy desaparecido y aún así se fue...

-¿No vas a decir nada?. Vaya que decepción, pues no, la respuesta a la pregunta en tu cabecita es no, no tengo la menor idea de dónde está esa perra.

-¡Te he dicho que no la ofendas infeliz!.

-¡Tú no estás en condiciones de exigir nada!. Jax estoy perdiendo la paciencia-coloca dos dedos en su entrecejo-Sino es ella tendrá que ser la otra, esa que tiene nombre ridículo, Linda, ella también tiene buena pasta pero es que yo quiero a Ámbar, ella me la debe.

-No la tendrás.

-No lo repito más, de aquí a que este mes termine tu y yo vamos a ajustar cuentas y quiero a Ámbar aquí-señala el lugar-Bajo mi poder, no es solo dinero lo que voy a sacarle créeme.

Intento contener la calma.

-¿Y si ella nunca regresa?-interrogo yo jugando una de mis últimas cartas.

-La encontraré, aunque tiene que hacerlo o se te olvida que tu amiguito el loco que atropella y se enamora tiene un juicio y todos ustedes están citados.

Mierda. David. ¿Cómo demonios sabe tanto?.

-¿Y si yo no te la entrego?-pregunto desesperadamente.

-No pasa nada, será menos divertido pero me quedo con los estúpidos bebés y de cualquier forma obtendre el dinero, puedo secuestrarla cuando venga a pagar el rescate. Yo la quiero aquí antes o después.

-Estás obsesionado con ella-concluyo.

-¿Qué no haría un hombre por venganza?. ¿Y qué no haría un padre por su hijo?.

Lo prohibido detrás de tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora