Capítulo 32 - Te necesito

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—Felicidades Lucifer.

—Gracias, será algo super sencillo con las personas de la familia, nada extravagante.

—¿Tú haciendo algo sencillo?. Vale me lo creo.

Ella ríe a carcajadas.

—¿Vienes?.

—No puedo, hoy es el día en el que cumple el plazo de la herencia y no puedo faltar, será el único cumpleaños que no pase a tu lado amiga.

—Oh vale. En el de Victoria tampoco pudiste ir Ámbar.

—Pero después lo recompense con la fiesta para los bebés.

—Lo sé, no estoy enojada.

—Sí lo estás y perdóname pero me es imposible ir. Te quiero mucho Lucifer.

—Yo a ti insoportable.

Cuelga la llamada y yo me lleno de nostalgia al escucharla.

Hoy 8 de diciembre es el cumple de Lucy y el plazo de la herencia, en realidad debía ser en febrero que es cuando realmente se cumple un año pero las fechas han sido corridas para acelerar el proceso.

—¿Lista?.

—Sí mamá.

—Todos esperan en el despacho, incluso Franck así que respira profundo y acompáñame.

No he visto a quien creía mi padre en dos meses, me ha mandado mensajes y recados pero no he respondido a ninguno de ellos y hoy lo veré nuevamente no puedo evitar sentir nervios pues debo admitir que lo he extrañado en más de una ocasión.

Absolutamente todos los que comenzamos esta historia estamos aquí, Franck, mi madre Ana, la abuela Erika que ya sé que no es mi abuela, mi abuela María que tampoco es mi abuela y eso me parte el alma, Teresa y Jax.

—Bienvenidas, ahora podemos comenzar con el cumplimiento del testamento—comienza el abogado Matías—Pero antes es el momento de que la señora Ana comience a leer las anotaciones que tiene escritas en su cuaderno.

¿Anotaciones?. Eso no lo sabía.

—Comenzaré pidiendo disculpas por lo que voy a decir pero tengo que ser lo más justa posible.

Mamá...

—Habla Ana—Franck es quien interviene y para mí sorpresa se encuentra calmado.

—Comenzaré por la señora María—mi abuela asiente—Usted sabe cuánto la quiero, como a una madre.

—Yo a tí hija—responde mi abuela con una sonrisa.

—Pero hay algo que todos tienen que saber y usted lo sabe, ¿lo dirá usted o lo haré yo?.

—Yo lo digo—mi corazón late atropelladamente—He estado tomando dinero del que no tengo autorización con el nombre de Ana para ayudar a mi hija con unas deudas que tiene.

—Mamá, ¿por qué hiciste eso por Dios?. Acepté porque dijiste que era tu dinero y que te prometí pagartelo con parte de la herencia.

—Mamá esas deudas las pagaría yo—interviene Jax frustrado.

Quisiera saber cuáles son esas deudas y entonces cuáles son las deudas que Alex y su padre están cobrandole a Jax, según sé la deuda incrementó conmigo pero ya existía.

—Continúe señora Ana.

—Ahora es el turno de Teresa, es bastante difícil ser yo quien lo diga pero trajiste a tu hijo aquí sabiendo que era el hijo de mi marido y solo decidiste hablar cuando supiste lo que tenía con mi hija, tenías deudas y nunca lo comentaste, has traído el caos a esta familia.

Lo prohibido detrás de tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora