Capítulo 8 - ¿Dónde estaba esta parte de tí?

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—Deben estar a punto de llegar—le digo a mi abuela quien tiene una linda cena preparada para nuestros invitados.

El timbre se escucha a continuación, Lulú va a abrir, Gustavo y Linda hacen su entrada triunfal, han vuelto a esta familia justo como querían, por la puerta grande.

—Querido, hace tiempo no te veía—mi abuela saluda con mucho a cariño a Gustavo quien le responde de la misma manera.

Luego va a saludando uno a uno, incluso a mí madre quien finge tranquilidad.

Todos se sientan a la mesa, y nos comienzan a servir.

—¿Entonces han vuelto?—pregunta mi madre en un tono muy serio.

—Señora, solo lo estamos intentando por segunda vez. Amo hacerla feliz—toma mi mano que estaba a su lado.

Todos los presentes me observan incluso Jax.

—Yo quería decir algo—interrumpe Jax el momento repentinamente.

Ahora toda la atención recae en él.

—Linda, ¿te gustaría ser mi novia?—la propuesta nos toma por sorpresa a todos. Sobre todo a mí.

Ya que es un acto que nada tiene que ver con su personalidad, no es de los que quieran una sola persona para su vida. A no ser por el estatus que tiene ella y el que ha adquirido él, no quiero pensar así pero puede ser. Tampoco sé si me gustaría que yo tuviera algo que ver en eso, o simplemente le gusta y no quiero admitirlo.

—¡Sí!. Ay qué felicidad—ella se inclina hacia él y lo besa frente a todos.

Mi cuerpo se pone rígido.

—Ejem—carraspea su madre, Teresa— ¿Desde cuándo surgió esto?.

—Salimos un día y compartimos otro, las cosas fluyen fácil cuando es ideal—me mira al decir esa última palabra—así fue.

—Teresa hija, es la mejor noticia que Jax nos podía dar, deberías estar feliz.

—Lo estoy, sí....

La vista de Teresa está únicamente en Jax, es como si ella pudiese leerlo a la perfección y supiera que algo anda mal, después de todo es su madre.

—Brindemos por mis nietos y sus respectivas parejas—habla mi abuela rompiendo el silencio.

Los presentes alzan sus copas y comienzan a brindar. Yo observo a Jax fijamente mientras nuestras copas chocan.

La cena transcurre de forma tranquila, todos comen sus respectivas cenas con algún que otro comentario.

Después de un rato los invitados se van. Gustavo estuvo todo el tiempo a mí lado conversando, yo lo miro y me pregunto si alguna vez sentí algo o sólo fue comodidad y conveniencia por hacer lo correcto. Sus conversaciones me parecen vacías. A veces recuerdo lo que viví con él y los recuerdos me invaden, creo sentir algo pero sólo son recuerdos y nada más.

Imposible olvidar a Linda, quien no se despegó de Jax ni un segundo.

No tiene porque molestarme.

Jax y yo...nunca existirá un nosotros.

Entro en la tranquilidad de mi cuarto y cierro la puerta, comienzo a desnudarme para quedar en ropa interior como de costumbre y me dirijo hacia el baño para lavar mis dientes. De pronto una mano tapa mi boca, intento luchar pero no puedo soltarme.

—Sshhh, soy yo. Lentamente voy a quitar mi mano de tú boca pero no hagas nada raro.

Lo hace y yo lo lanzo sobre la cama con furia y yo sobre él.

Lo prohibido detrás de tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora