Capitulo 29 - Permíteme soñar

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Los días han pasado y he tenido que hacerme a la idea de que tendré que ver a Jax varias veces a la semana, pues es bastante preocupado por el embarazo de riesgo que estoy llevando, me prepararon la habitación principal de invitados en la primera planta para que no tenga que subir más escaleras y debo admitir que nada es como mi cuarto pero hicieron el mayor esfuerzo para que se le parezca.

También me he enterado de que Linda ha vuelto a rondarlo y él lo acepta por el bebé pero no ha pasado nada entre ellos aunque si así fuera no debería importarme.

¿He dicho debería?. Sí, exacto.

Por otra parte Santiago viene a visitarme todos los días y me trae regalos cada uno de esos días, nunca había amado tanto los chocolates como ahora, pues todas esas cosas me parecían muy cursis pero al parecer a mis gemelos no, salieron a su padre.

Y por supuesto, Lucía ha estado organizando todo para la fiesta de mañana, Jax va a querer estar presente y no puede ver a Victoria así que no sé cómo le vamos a hacer para que no la vea.

—¿Ya llegó?.

—No abuela, lo estoy esperando para que tomemos la decisión sobre los nombres del bebé pero nada que llega.

Ese es otro conflicto, tratamos de llevar la fiesta en paz pero es obvio la tensión que existe entre ambos y lo difícil que es tratarnos con lejanía así que solo discutimos cosas como los nombres, la habitación y tonterías así.

La puerta es abierta dejando ver a la figura de Jax, yo cierro los ojos y miro a otro lado pues es imposible no admitir que cada día está más bueno el hijo de su madre.

—¿He llegado muy tarde?.

—Pues sí—respondo indiferente.

—Lo siento es que fui a visitar a David—cierra la puerta a su espalda para quedarse de pie en mi nueva habitación.

—No me interesa saber de ese tipo.

—Te voy a pedir que respetes a mi amigo, hizo lo que hizo pero nadie absolutamente nadie puede negar que estaba y está profundamente enamorado de Victoria.

Me pongo de pie a la defensiva.

—¿Eso te parece amor?. A mí no me lo parece, la atropelló, le quitó sus sueños condenandola a una silla de ruedas, ¿para qué?. Para luego amarla, ¡por favor está loco!.

—El intentó buscar a la víctima de aquel accidente en el que él estaba drogado por culpa de la loca esa, intento ayudarla y en el proceso se enamoró, si el amor es una locura a mi que me digan loco.

—Eso no es amor es obsesión, enfermedad...

—Es un amor tan puro como el que yo sentí y siento por tí a pesar de llevar tu maldita sangre.

Para este momento no me había dado cuenta de que estábamos solo a unos centímetros de por medio, solo una bocanada de aire nos separa, puedo sentir su respiración mezclándose con la mía, odio saber que mi cuerpo lo desea, que mi corazón martilla contra mi pecho y que es mi mente la única que me grita que me aleje aunque su voz se hace cada vez más lejana al tenerlo cerca.

—Si amarte es una locura—susurra y yo observo el movimiento de sus labios—Quiero ser un loco el resto de mis días aunque nunca más pueda volver a tenerte.

Respirar se ha vuelto una dificultad enorme, miro la iris de sus ojos negros y me pierdo en el deseo que emanan.

—Y no puedo creer—susurra algo agitado—,que tu amor por mi esté muerto desde ese día, mi corazón se niega a creer que no me ames cuando yo amo y extraño tus besos prohibidos.

Lo prohibido detrás de tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora