10

1.4K 131 19
                                    

Yoko soltó un suspiro cansada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yoko soltó un suspiro cansada. Frustrada, se sintió al borde de las lágrimas, ahora además de que su mejor amiga iba a morir, la había molestado en su punto más sensible y conocía a la estadounidense para saber que era una testaruda para disculpar a otros.


─Yoko.─ Escuchó la voz de Enid, y miró sobre su hombro a la chica, quien apretaba ligeramente su mandíbula, al punto en que algunos músculos de su cuello se notaban. ─Esto es difícil para las dos, lo sé, pero por más que tengas razón... A veces hay que tragarse las palabras para que cosas así no pasen, y luego te vas a arrepentir de esta pelea tonta así que, cuando te calmes un poco, pueden hablar bien. ¿Te parece?─

La alfa asintió sin más, volviendo a fijar la vista en la mesa.

Por su parte, Enid respiró agitada varias veces intentando calmar a su loba, quién estaba enojada por una razón que le parecía absurda, puesto que no era nadie para enojarse porque la pequeña omega se había sentido mal con unas palabras bruscas de la ruda realidad.

Se sentía mal porque la habían lastimado y eso no sabía si estaba bien.

Entró al cuarto de la pelinegra, la encontró sentada en el sillón de la ventana del cuarto, mirando al cielo del exterior, sus ojos se veia aún más claros de lo que ya eran y se notaba las lágrimas rodar por sus mejillas. No pudo evitar quedarse segundos completos en la puerta del cuarto, admirándola, con la boca entreabierta y con una extraña sensación en su corazón que no sabía si definir como buena o mala, la vio mover sus labios en silencio, hablando hacia el distante infinito de aquel cielo.

Hasta que por fin pudo avanzar lentamente, con algo de, ¿miedo? Estaba más cercano a ser timidez, pero aún así no entendía el por qué de sensación, nunca ninguna persona la había hecho sentir así, menos una paciente.

─Wednesday.─ Posó su mano con suavidad sobre sus hombro, y esta se giró ligeramente para verla, sabiendo que lucía a penosa, no le importaba en realidad, le miró luciendo tan penosa como sabía que era.

Enid relamió sus labios con nervios.

─No dejes que lo que dijo te afecte mucho... Sólo hará que empeores, las emociones malas te afectan y mueres un poco más.─

─Enid, ¿y si me ahorro todo esto?─

Ella frunció el ceño, ladeó su cabeza, Wednesday le hizo espacio en el sillón, y se sentó en este, apoyando un costado en la ventana.

─Si voy a morir igual, ¿por qué mejor no me mato y ya?─ Preguntó. ─¿Tienes remedios para que pueda hacer eso?─

Sinclair negó.

our last days ⋆ wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora