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─Enid, ¿qué hice?─ Preguntó Wednesday por tercera vez, se sentía rara por dentro, sentía que había hecho tanto pero no recordaba nada

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─Enid, ¿qué hice?─ Preguntó Wednesday por tercera vez, se sentía rara por dentro, sentía que había hecho tanto pero no recordaba nada.

Sinclair se veía nerviosa, ruborizada, con su estetoscopio, revisaba sus pulmones y su pulso, controlaba que su respiración estuviera normal, con la omega sentada en la cama y ella sosteniéndola mientras pasaba el frío tambor por su espalda, prácticamente la estaba abrazando, su brazo rodeaba la cintura de la pelinegra, Wednesday apoyaba su mejilla en el hombro de la beta, mientras sus manitos se aferraban a la tela de sus mangas para sentirse algo mejor.

Le había llevado un vaso de gaseosa fría, que había tomado de a sorbos mientras la enfermera hacía todo lo otro.

Enid suspiró con alivio al corroborar que todo estaba bien, finalmente apartó el estetoscopio, dejándola en su cuello, acomodó la ropa de la chica y se apartó para mirarla a los ojos, acercó una mano a sus mejillas para limpiar las pequeñas lágrimas.

─Te despertaste muy agitada, Wednesday, estabas llorando muy mal.─ Dijo, su tono era bajo y tranquilo. ─Y tenía miedo de que cambiarás a tu loba y te lastimaras, porque eso lo haría peor.─

─No lo hice.─ Murmuró, su mano fue hacia la que Enid tenía en su rostro, buscando algo de contacto y de cariño, se sintió mejor cuando la beta tomó su mano y entrelazó sus dedos.

─No, en vez de eso, me besaste.─ La mirada de la mayor era timida.

Wednesday abrió sus ojos ampliamente, alzando sus cejas.

─No, yo no... Lo siento...─

─Ya me pediste disculpa, ya está, por favor, deja de disculparte.─ Pidió.

Wednesday se volvió a esconder en su hombro, apretó sus manos unidas, Enid apoyó su mejilla sobre la cabeza de Wednesday, acarició ligeramente su cabello con esta al frotarse.

─Wedns, está bien, en serio, no me molestaré ni te dejaré sola.─

─Pero... Con sólo hablarlo, lo del beso, te molestaste y te fuiste. ¿Y ahora qué? ¿Renunciarás? Lo siento...─

─No, Wednesday, no, mi pequeña.─ Afirmó un poco más el abrazo, pegando más sus cuerpos. ─No haré eso, no me alejaré, por favor... Me quedaré contigo, sólo si me lo permites, Wednesday, no volveré a hacer algo de eso de nuevo, créeme.─

Wednesday controló sus lágrimas, y alzó la vista para mirarla, con su ceño ligeramente fruncido.

─Lo de las narices, ¿lo hiciste tú? ¿De verdad? ¿Eso pasó?─

Enid de sintió nerviosa a morir y soltó lo primero que pasó por su cabeza.

─¿Recuerdas el beso esquimal y no ese beso?─

our last days ⋆ wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora