Chapter 29

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Taylor

Terminé la última parte de mi tarea y la envié por correo a la escuela mientras me invadía un gran alivio. Apenas había llegado a tiempo para entregarlo, pero lo había terminado en la última hora para que lo enviaran.

—¿Lo enviaste? —Mellie preguntó con una sonrisa socarrona, entrando en el patio donde yo estaba sentada con mi portátil. Asentí con la cabeza mientras ella se reía divertida por mi aplazamiento.

—¿Qué has estado haciendo hoy? Yo he estado aquí todo el día haciendo el papel —pregunté y guardé el portátil. Mellie se sentó a mi lado con sus pantalones cortos negros y su camiseta de tirantes gris y se acomodó en el sofá.

—Bueno, primero Bill y yo desayunamos en la ciudad, en una cafetería muy linda que tenía unos sándwiches a la plancha deliciosos —dijo y soltó un pequeño gemido. Me reí de ella, viendo como memorizaba ese sandwich con todo detalle en su mente.

—Después de eso dimos un pequeño paseo y luego volvimos aquí. Bill y los chicos tenían que hacer unos negocios así que se fueron, dejándome sola con tu padre e Hirato —dijo e hizo un pequeño amago de quejarse.

—Bueno, te queda bien. No he tenido un descanso de esos dos en las últimas 24 horas —me reí.

—Oye, yo entretuve a tus invitados Taylor, deberías ser amable —ella hizo un puchero mientras yo ponía mi brazo alrededor de sus hombros.

—Estoy agradecida, pero estoy agotada. Pasar tanto tiempo con papá e Hirato me está realmente absorbiendo la energía —suspiré y apoyé la cabeza en su hombro.

—Sí, créeme, lo sé.

—¿Qué quieres decir?

—Bueno, para empezar, los he llevado a tomar helado, a hacer turismo, a pasear por el jardín y les he preparado la comida, así que crees que estás agotada —se quejó Mellie mientras yo me reía un poco. Era entretenido escuchar como había pasado el día con Hirato y Rick, los tres se llevaban bien pero esos tipos juntos era una mezcla peligrosa.

—Te lo agradezco, me ayudó a cumplir con la tarea justo a tiempo —sonreí mientras me alborotaba el cabello.

—No hagas eso, es irritante —me burlé y le aparté la mano juguetonamente.

—¿Así que todavía no hay toqueteo con Tom? —Preguntó con una sonrisa pícara, girando la conversación a otra cosa. Suspiré.

—No, papá está siempre cerca o estamos separados el uno del otro —fruncí el ceño.

—Bueno, eso es una mierda —Mellie dijo y yo asentí.

—Sí, la verdad es que sí —murmuré. Era un poco duro estar cerca de Tom sin tener la opción de tocarlo o darle una mirada anhelante.

Mi padre era muy consciente de lo que le rodeaba, así que era realmente desesperante.

—Pero pensé que te habías colado en su habitación o algo así —dijo y puso cara de pensar. La miré con desprecio.

—Bueno, en primer lugar, yo no soy el tipo de colarse en las habitaciones de otras personas en plena noche y, además, mi padre se despierta con demasiada facilidad como para que yo ande merodeando por ahí —suspiré. Mellie sonrió ante mi desesperanza y me dio unas palmaditas reconfortantes en la espalda.

—¿Por qué no se lo dices? Eso hará las cosas mucho más fáciles —sonrió suavemente mientras yo me estremecía un poco.

No me gustaba la idea de tener que decírselo, podía ver su cara de enojo frente a mí, arremetiendo. Pero por otro lado, estaría bien poder relajarme y por fin poder estar con mi novio junto a mi padre sin secretos.

Hunted by the mafia, memories and secrets in Rome / Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora