Chapter 17

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Taylor

Leí la última frase de la página y sentí ese tirón familiar en mi cuerpo cada vez que
leo un buen libro. No querías terminarlo pero querías ver cómo acababa.

Dejé escapar un pequeño suspiro de satisfacción al cerrar el libro y sentir la cubierta en mis manos.

—¿Uno bueno? —murmuró Tom a mi lado mientras yo casi daba un respingo. Había olvidado que estaba allí. Levanté la vista hacia él y sus ojos marrones se clavaron en los míos.

—Sí, fue uno raro —me reí con entusiasmo como una niña pequeña. Tom me sonrió divertido.

—Debe haber sido muy interesante —dijo y se movió un poco en su asiento, acercando su pecho a mí. Aspiré más profundamente mientras pequeñas mariposas en mi estómago empezaban a recordarse.

—¿Qué quieres decir? —Pregunté e hice una cara.

—Parecías tan cautivada por él —dijo e inclinó la cabeza mientras me miraba como un perro curioso. Un pequeño rubor se extendió por mis mejillas.

—¿Es extraño sentirse cautivada por un libro? —pregunté y me deslicé un poco en la silla mientras Tom se encogía de hombros.

—No, es sólo que nadie lee nunca un libro,
los chicos sólo leen revistas o nada, así que es un poco raro. Me gusta verte leer, cada pensamiento y emoción se refleja en tu cara —dijo y sonrió en la comisura de los labios mientras me miraba. Me sonrojé aún más cuando él soltó una risita.

—No deberías mirarme cuando estoy leyendo, podría darte una bofetada con mi libro —bromeé mientras él empezaba a reír. Tom se deslizó un poco en la silla a mi lado mientras tomaba con confianza mi brazo y lo colocaba sobre su estómago.

—¿Qué estás haciendo? —le pregunté frunciendo el ceño mientras me ponía rápidamente de lado con mi brazo sobre él y me obligaba a apoyar la cabeza en su pecho.

—Poniéndome cómodo, ¿Qué más? —Dijo juguetonamente mientras yo le ponía los ojos en blanco.

Cuando por fin dejó de moverse no pude negar que en realidad era muy acogedor. Estaba tumbada de lado, con la mejilla apoyada en su pecho mientras él me pasaba el brazo por debajo de la cabeza.

—Tom, eres un idiota —murmuré cuando por fin comprendí que se había aprovechado de la situación. Pero la forma en que actuaba tan inocente y juguetón no me ayudaba a tomármelo en serio.

Me sentí mareada mientras me acomodaba un poco en él y mi cabeza un poco mejor en la curva de su pecho y su cuello. Sus trenzas aún estaban húmedas, así que me sorprendí cuando sentí gotas frías de agua cayendo por mi pecho. Miré hacia abajo y vi que se me ponía la piel de gallina.

—¿Frío eh? —Tom se rió cuando lo miré y fruncí el ceño al ver su sonrisa.

—Pervertido, mirándome el pecho —Me reí cuando la mirada de inocencia volvió a cruzar su rostro.

—¿Qué? —Se rió entre dientes mientras yo ponía los ojos en blanco y empezaba a levantarme de la silla cuando él tiró de mí.

—Oye, no te vayas —suplicó y puso su brazo alrededor de mi cintura, tirando de mí hacía abajo. Caí con un golpe en la tumbona mientras una risita burlona escapaba de los labios de Tom haciéndome fruncir el ceño hacia él. Suspiré y lo fulminé con la mirada.

—Tom, esto ya es difícil, no tienes que burlarte de mí —Su cara de repente se volvió flácida y desconcertada, me miró antes de fruncir los labios enojado y fruncir las cejas.

—No te estoy tomando el pelo, quiero aprovechar que Blake no está —Suspiré una vez más, me sentía tan desgarrada.

Amaba a Tom pero también amaba a Blake.
Él era un nuevo amor para mí y era bueno para mí, pero luego tenía a Tom que constantemente me tiraba de vuelta a las razones por las que lo amaba. No era más fácil cuando los dos se odiaban.

Hunted by the mafia, memories and secrets in Rome / Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora