𝓢𝓮𝓾𝓷𝓰: 𝓛𝓸𝓼𝓽 𝓓𝓪𝔂𝓼 ⟮𝟜⟯

64 15 1
                                    


| 𝐍 𝐎 𝐖 |


Tengo miedo. Eugene dijo que sólo hay una forma de ir al lugar en el que probablemente Saejin se encuentra, pero me parece demasiado arriesgado.

Saejin siempre se mantuvo alejado de la zona de Ghost City en que los límites empiezan a desdibujarse, puesto que la consideraba peligrosa.

Sin embargo, según Eugene, es probable que aquel sitio funcione como un "agujero blanco", que básicamente es lo opuesto a un "agujero negro", es decir, corresponde a una posible salida, pero ¿hacia dónde?. Eugene no lo sabe, pero cree que el "agujero blanco" de Ghost City está conectado al Metaverso.

El asunto es bastante complicado y absurdo, partiendo por el hecho de que tanto los agujeros blancos como los agujeros negros existen en el "espacio exterior", en el universo del mundo humano. Pero Eugene dice que, al final del día, "todo es matemático", y que las ecuaciones aplicables a los fenómenos del universo perfectamente podrían funcionar para el Metaverso AI.

No obstante, si cruzamos el agujero blanco, tal vez jamás podamos regresar a Ghost City, puesto que la probabilidad de que el agujero colapse siempre ha sido muy alta. Mientras que un agujero negro absorbe objetos y los retiene en su interior, los agujeros blancos expulsan todo lo que se acerca a ellos, pero nada puede regresar. 

Es una salida sin retorno.

―Entonces... es como un portal ―reflexiono, pensativo. 

―Exacto ―dice Eugene.

Nunca hubiera imaginado que Eugene era tan listo e intrépido. Parecía un chico común y corriente, incluso aburrido. Pero su mente funciona a toda velocidad, y siempre tiene muchas ideas.

―¿Y bien? ¿Qué opinas? ¿Estás dispuesto a correr el riesgo? ―me pregunta.

―Es posible que no sobrevivamos ―me informa Geon, con una voz inapropiadamente calmada, considerando lo que acaba de decir.

Eugene lo fulmina con la mirada.

―¡Debemos tener fe! ―exclama, molesto.

―Es importante que Seung conozca los riesgos ―replica Geon.

―Tiene razón, Eugene ―le digo―. Pero ni siquiera tengo que pensarlo. Claro que quiero correr el riesgo.

No es necesario que diga que estoy dispuesto a morir por encontrar a Saejin.

―De acuerdo ―dice Eugene, sonriéndome para darme ánimo―. Hagámoslo.

―Lindo jeep ―dice una voz femenina a mis espaldas.

Reconocería esa voz en cualquier parte. Una oleada muy intensa de odio me invade inmediatamente. Le arrebato la pistola a Eugene y me doy la vuelta, listo para disparar a Evelynn. Ella está a poca distancia del jeep, así que puede que tenga suerte y mi tiro sea certero.

―¿Qué haces? ―exclama Eugene, atónito.

―¡Esta bruja se llevó a Saejin! ―grito, furioso―. ¡Todo esto es culpa suya!

Antes de que me dé cuenta, Geon me quita la pistola de las manos y me inmoviliza.

―Tranquilo ―me dice―. Escuchemos lo que ella tiene que decir.

―Gracias, guapo ―ronronea Evelynn. Su sinuosa manera de caminar me hace pensar en una serpiente venenosa―. Y no me llames bruja, cariño ―añade, dirigiéndose a mí―. Soy una demonio.

―No me importa lo que seas ―replico―. ¡Tú llevaste a Saejin a Venom City!

Estoy a punto de añadir "tú me separaste de él", pero me contengo. No quiero que este monstruo se burle de mis sentimientos. Alguien como ella seguramente no sabe lo que es el amor.

―Chang Ha mencionó ese detalle... ―reconoce Eugene, un poco avergonzado. Abro los ojos como platos―. ¿Recuerdas que te dije que sabía lo que había sucedido? También me refería al secuestro de Saejin.

Me enfurezco aún más. ¿Cuán enfadado y horrorizado puede estar alguien? Mi cabeza da vueltas. Me siento traicionado. 

―¿Entonces por qué no le has dado un tiro en su maldita cabeza? ¡Saejin podría estar muerto por su culpa! ¿Qué rayos sucede contigo, Eugene? ¿Eres idiota?

Eugene no responde; se limita a mirarme con tristeza. 

―Ahora estoy del lado de los buenos ―anuncia Evelynn con tono burlón. 

―¿Qué?

No doy crédito a lo que acabo de escuchar. 

―¿Y de verdad esperas que te creamos? ―le espeto.

―Tu amiguito cabeza-de-zanahoria confía en mí, o al menos eso dijo Chang Ha ―responde Evelynn. Es evidente que disfruta ver mi sufrimiento y mi confusión.

―Eugene, ¿cómo pudiste aceptar trabajar con este monstruo? ―me quejo. Mi voz es incapaz de expresar la decepción que estoy sintiendo.

―Hey, deja en paz a la Zanahoria ―dice Evelynn―. El drama es entre tú y yo.

Evelynn se acerca a mí y me mira directamente a los ojos.

―¿Acaso pretendes hipnotizarme? ―pregunto, desviando la mirada. No soporto ver su cara. 

Ella se ríe, y toma mi mentón para que la mire de nuevo a los ojos. 

―No, pero tengo algo importante que decirte ―confiesa, y su expresión burlona desaparece por un minuto―. Yo también perdí a alguien.

―¿Y a mí qué me importa?

Tengo que contenerme para no escupirle en la cara. Si Geon me soltara, juro que intentaría matar a la criatura que tengo enfrente con mis propias manos.

―El plan no salió como esperábamos, y una de mis mejores amigas sufrió las consecuencias ―me cuenta. ¿En serio espera que con una historia tan cliché yo me calme y acepte su dudosa ayuda?―. Quiero encontrarla tanto como tú quieres encontrar a tu novio.

―Por eso Evelynn se ofreció a acompañarnos ―interviene Eugene.

Soy incapaz de mirarlo. Todavía estoy demasiado furioso y dolido.

―Mi ejército y yo vinimos desde Venom City a través de ese agujero ―me explica Evelynn, señalando la blancura que se extiende hasta el infinito―. Es posible que resista un viaje más.

―¿Has venido en la nave que mencionó Chang Ha? ―inquiere Geon, quien parece estar siempre preocupado por los aspectos prácticos.

―Obviamente ―responde Evelynn―. Bueno, creo que ha sido una buena charla. Ahora larguémonos de esta ciudad. Creo que ese zombi se está acercando demasiado ―añade, señalando a un glitch-citizen que se arrastra hacia nosotros.

Geon me suelta de repente. Pierdo el equilibrio y trastrabillo hacia adelante, pero Eugene me sujeta justo a tiempo para evitar que me caiga al suelo. 

―Evelynn ahora es una aliada ―me recuerda.

Suspiro con resignación y alzo las manos en señal de rendición. Evelynn se ríe; su risa suena como el cascabel de una serpiente.

―¿Dónde está la nave? ―pregunta Eugene.

Evelynn saca un pequeño control remoto del bolsillo de su chaqueta, presiona un botón y entonces una nave espacial aparece a pocos metros de nosotros.

Odio a Evelynn, pero no puedo evitar mirar la nave espacial con asombro. Nunca había visto una. 

―Bonita, ¿cierto? ―bromea ella, pero la ignoro.

Me prometo a mí mismo que, en cuanto encontremos a Saejin, mataré a Evelynn. Debe pagar por el daño que nos ha hecho.

𝐒𝐀𝐄𝐉𝐈𝐍'𝐒 𝐃𝐈𝐀𝐑𝐘 | 𝑆𝑎𝑒𝑗𝑖𝑛 & 𝑆𝑒𝑢𝑛𝑔 | 𝑺𝑼𝑷𝑬𝑹𝑲𝑰𝑵𝑫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora