𝐒𝐀𝐄𝐉𝐈𝐍'𝐒 𝐃𝐈𝐀𝐑𝐘 | 𝑆𝑎𝑒𝑗𝑖𝑛 & 𝑆𝑒𝑢𝑛𝑔 | 𝑺𝑼𝑷𝑬𝑹𝑲𝑰𝑵𝑫

❮ 𝑆𝑒𝑢𝑛𝑔'𝑠 𝐽𝑜𝑦 ❯

☾🌣

Saejin y yo hemos ido a Butterfly Hill. Sentados en la misma banca de siempre, observamos el resplandeciente cielo azul.

Todavía no puedo creer que estamos juntos de nuevo. Mi mano sostiene la suya con delicadeza, pero, a pesar de ello, me resulta difícil creer que todo esto sea real. Saejin y yo nos hemos encontrado, y estamos rodeados de milagros. Nuestros amigos están sanos y salvos, y la ciudad que conocíamos se ha convertido en un paraíso.

―¿Y ahora qué? ―me pregunto en voz alta―. ¿Viviremos felices para siempre? ―bromeo.

Pero Saejin no responde. Tiene la mirada perdida en el horizonte y parece estar sumido en una insondable tristeza. 

―¿Qué sucede? ―inquiero, preocupado.

―Sigo sintiéndome culpable por lo que sucedió en Venom City ―susurra, al borde de las lágrimas.

―No deberías sentirte culpable ―digo, sabiendo que no lograré convencerlo con una simple afirmación sin fundamentos.

―¡Casi destruí la ciudad por completo e hice desaparecer a sus habitantes! ―exclama Saejin, mirándome como si me hubiera vuelto loco.

Alzo mi mano libre para acariciar su mejilla.

―Las cosas terribles que sucedieron fueron culpa de MAVE. Esas chicas nunca debieron utilizarte para sus demenciales experimentos. Te trataron como un conejillo de Indias y luego lastimaron a muchas personas. Ellas son las villanas, no tú ―le aseguro, plasmando la convicción que siento en cada una de mis palabras―. Te sientes culpable porque eres demasiado bueno. Te conozco, Saejin. Alguien como tú jamás querría causar mal a otros.

Saejin empieza a llorar.

―Pierdes tu tiempo ―dice en voz baja―. Nunca podrás hacerme cambiar de opinión.

―Bueno, entonces te repetiré el mismo discurso todos los días hasta convencerte de que tengo razón ―le prometo.

―¿Por qué lo harías?

Su tonta pregunta me hace sonreír.

―Porque te amo ―respondo―, y no quiero que estés triste.

Rodeo la cintura de Saejin con los brazos y lo insto a que se siente en mi regazo y se acurruque en mi pecho.

―Yo también te amo ―afirma. Luego oculta su rostro en la curvatura de mi cuello, lo cual me parece muy tierno.

―Gracias ―digo, conmovido.

―Pero que estemos enamorados no significa que yo sea inocente ―añade con pesar, haciendo que la conversación vuelva a teñirse de amargura.

―¿Cómo es posible que aún no te hayas percatado de lo evidente, Saejin?

―¿Ah?

―Tú eres la luz de este mundo ―le digo, absolutamente seguro de lo que estoy diciendo―. Sin ti, no existiría toda la belleza que estamos contemplando en este momento. Tú has hecho esto. Fuiste oscuridad durante un tiempo, pero ahora eres luz, y siempre lo serás.

―Es muy dulce lo que dices, pero... ¿comprendes las implicaciones de lo que dices?

Frunzo el ceño, confundido.

―¿Qué quieres decir?

―Antes solía creer que era un chico AI común y corriente, pero ahora... ya no sé qué pensar sobre mí mismo. ¿Qué soy, Seung? ¿Por qué puedo destruir y reconstruir? ¿Por qué tengo más poder del que puedo manejar? ¿Soy yo o es alguien más, controlándome?

La crisis existencial que Saejin está sufriendo es mucho más profunda de lo que imaginaba. Tiene más preguntas de las que ambos somos capaces de responder.

―Desearía tener respuestas, pero mi conocimiento es tan limitado como el tuyo. Supongo que tendremos que descubrirlo juntos.

―¿Juntos?

―Sí.

Saejin guarda silencio un minuto, pensativo. Estoy seguro de que me hará alguna pregunta absurda, pero estoy preparado. No me importa decir lo mismo una y otra vez si de esa forma le doy un poco de paz a su atribulada mente.

―¿No te da miedo que te haga desaparecer por accidente?

No me equivoqué. En serio, ¿por qué insiste en buscar motivos para que me aleje de él? ¿Acaso no he sido lo suficientemente transparente respecto a mis sentimientos? ¿Acaso todavía no se da cuenta de que nunca lo abandonaré? Sin importar lo que suceda, siempre estaré a su lado.

―¿Por qué tendría miedo? Sé que me harías regresar ―respondo, muy confiado.

―¿Tampoco te da miedo que vuelva a olvidarte? ―contraataca, aunque soy consciente de que en realidad no intenta discutir conmigo. Es su inseguridad hablando por él. 

―¿No aprendiste nada de todo lo que vivimos? Nunca podremos olvidarnos el uno del otro por completo, Saejin. Estamos conectados.

De pronto, Saejin ríe.

―¿Qué es lo que te parece tan gracioso? Cuéntame el chiste.

―Se supone que yo soy optimista y tú eres realista ―me recuerda.

―¿Y? Está bien que se inviertan los papeles de vez en cuando. Hace que las cosas sean interesantes, ¿no crees?

Saejin continúa riéndose.

―¿Cuándo te volviste tan positivo?

―Hace una hora, cuando volvimos a encontrarnos ―respondo tranquilamente―. ¿Ves? Es el efecto que tienes en la gente.

Saejin suspira.

―Eres imposible ―se queja.

―Y tú eres un testarudo, así que estamos a mano.

Ambos nos reímos de buena gana. Se siente estupendo escuchar su risa.