❮ 𝐸𝑢𝑔𝑒𝑛𝑒'𝑠 𝑇𝑟𝑢𝑡ℎ |𝟷| ❯

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| 𝐓 𝐇 𝐄 𝐍 |


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Yo solía tener muchos secretos. Mis amigos pensaban que lo sabían todo sobre mí, pero apenas conocían una pequeña fracción de una vida falsa, de un guión que yo mismo había escrito y aprendido a la perfección.

Sin embargo, estuve a punto de revelar mis secretos más importantes cuando los ingenieros informáticos le comunicaron a nuestro manager que el sistema había sido hackeado y que los datos de Saejin habían desaparecido.

―Pero tienen un respaldo, ¿verdad? ―inquirí, conteniéndome para no gritar. 

No podía resignarme a la idea de que Saejin se hubiera ido para siempre.

―Lo tenían, pero el disco duro de la computadora principal está estropeado ―me explicó nuestro manager.

―¿Estropeado? ―cuestioné, incrédulo. 

―Los técnicos dicen que luce como si hubiera hecho combustión espontánea ―dijo él, casi en tono confidencial. 

Tragué saliva. La situación era peor de lo que esperaba. ¿Qué demonios estaba pasando?

―Considerando que nuestros idols virtuales están temporalmente "fuera de servicio" y que, además, tu estado de salud es delicado, la compañía ha decidido que la agrupación entrará en un hiatus indefinido.

Con "tu estado de salud", se refería a mi reciente desmayo. Desde que Geon me había encontrado inconsciente en el pasillo, todos parecían muy preocupados por mí. Insistían en que visitara a un médico, pero yo me negaba rotundamente. Tenía mis motivos y les pedía a los chicos que respetaran mi decisión.


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SiO, Daemon, JDV y Geon se sorprendieron por las noticias que nos dio nuestro manager, pero el asunto no les afectaba tanto como a mí. Lo que más les entristecía era el inminente hiatus del grupo. No les importaban Saejin ni Seung. Para ellos siempre habían sido personajes del universo que nuestra compañía había creado.

Para ellos, era inconcebible que Saejin y Seung tuvieran emociones y razones por las cuales vivir.

Para ellos, Saejin y Seung nunca habían estado vivos en realidad.

Los chicos no entendían, no sabían y ni siquiera sospechaban la verdad. ¿Cómo podrían haberlo hecho? Ellos no podían imaginar cómo era vivir aterrorizado, creyendo que en cualquier momento serás descartado y eliminado. Una parte de mí deseaba odiarlos por su indolencia, pero no era justo. Esperar que comprendieran era pedirles demasiado. La mente humana tenía límites respecto a lo natural y lo antinatural. 


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―¡Eugene, cálmate! ―me suplicó Geon, corriendo detrás de mí.

Me había marchado de la oficina dando un estruendoso portazo. Probablemente nuestro manager pensó que mi reacción era justificada. Al fin y al cabo, el proyecto "SUPERKIND" se estaba desmoronando. Era posible que todos nuestros esfuerzos terminaran en la basura. Sin embargo, ser un idol nunca había sido tan importante para mí. Aunque lo sentía por los chicos, quienes tenían todas sus esperanzas puestas en el grupo, la desaparición de Saejin me parecía mucho peor que cualquier cosa que pudiera sucederles a ellos. 

―¿Que me calme? ―grité, dándome la vuelta y enfrentándome a él.

―Ten paciencia y fe ―dijo, en modo de "paz y amor"―. Todo se solucionará.

―¿Qué quieres decir con "todo"? ―repliqué, sabiendo muy bien que en su "todo", Saejin y Seung no estaban incluidos.

―El grupo... ―empezó a decir, pero me negué a escuchar el resto de su idea, así que le di la espalda y continué con mi airada carrera hacia ninguna parte.

―¡Eugene! ―me llamó Geon.

Esperaba que me siguiera, pero no lo hizo.

Tal vez era mejor así. Necesitaba estar solo. 


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Yo tenía muchos secretos.

Había algunas cosas que eran imposibles de olvidar y de contar. Los humanos de carne y hueso sabían que estaban constituidos por células, mientras que yo tenía claro que todo en mí era sintético, desde mi cabello anaranjado hasta mis manos y mis pies. Ni siquiera era capaz de pronunciar el material con el que habían confeccionado mi cuerpo.

En un pasado no muy lejano, yo solía ser como Saejin, y no en el sentido metafórico.

Yo fui un chico AI..., y en aquel preciso momento era un androide viviendo entre humanos.

 Aquellos eran mis mayores secretos..., las verdades en las que nunca dejaba de pensar, y que quizás nunca tendría el valor de contar. 

𝐒𝐀𝐄𝐉𝐈𝐍'𝐒 𝐃𝐈𝐀𝐑𝐘 | 𝑆𝑎𝑒𝑗𝑖𝑛 & 𝑆𝑒𝑢𝑛𝑔 | 𝑺𝑼𝑷𝑬𝑹𝑲𝑰𝑵𝑫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora