Agapē (Oliver y Tn)

II

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Hay una historia detrás de cada persona.
Hay una razón de por qué son lo que son.
No es tan sólo porque ellos lo quieren.
Algo en el pasado los ha hecho así
y algunas veces es imposible cambiarlos.

~Sigmund Freud~

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Llamé a la puerta, no hubo respuesta, sin más remedio la abrí y grande fue mi sorpresa al ver a un joven adulto con pésimos modales y aspecto: los pies sobre la mesa, su camisa repleta de migajas y con una mancha de mermelada

-Felicidades por haber llegado al refugio B06-32-

-He, gracias, ¿Señor... Minerva?-

-Oh, lo siento niña, ese tipo no está aquí desde hace un largo tiempo- dijo aquel hombre mientras se ponía de pie -Y lamento decirte que tú y tu grupito no puedan estar aquí, este lugar es mío-

-¿Disculpe? ¿A qué se refiere con "grupito"? ¿Y cómo que el lugar es suyo? Y aún más importante ¿Quién es usted?-

-¿Cómo, no escapaste con tus hermanos del orfanato?- cuestionó sorprendido

-No, estoy sola- dije con firmeza, aunque un poco nerviosa por la inspección que hacía ese hombre hacia mi ser.

-No, en serio no creo que una mocosa como tú haya podido llegar hasta acá en una sola pieza- se burló mientras se ponía de pie.

-Pues créalo, joven- lo miré seriamente -No hice todo el trayecto como tonta sin descanso por casi 22 horas seguidas, y casi ser comida por un demonio- señale mis pies desnudo -Para llegar y que un patán sin modales y desarreglado me diga que no me puedo quedar-

-Tienes agallas niña- mencionó mientras me miraba con desdén -Bien, toma la habitación que quieras y no me molestes-

El hombre salió de la habitación dejándome confundida, tardé un poco en procesar lo que acababa de pasar, pero mientras más pensaba muchas preguntas surgían y ese hombre podría tener las respuestas.

Hablaría con él en la mañana, estaba realmente cansada. Me instalé con calma en una de las tantas habitaciones del lugar, después tomé una relajante ducha, y me vestí con un pijama del refugio, y directamente me fui a mi habitación, durmiendo plácidamente.

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A la mañana, al salir de la habitación, trate de concebir una idea del refugio, caminando sin rumbo fijo. Llegué al comedor, en dónde estaba el hombre de ayer, sentado comiendo una fruta.

-¿Disculpe joven..?- pregunté mientras me sentaba frente a él

-Ni creas que te diré mi nombre-

-Bueno, aun así, me presento, soy ____, once años, fugitiva de Grace Field, gusto en conocerlo-

-Un gusto, mocosa-

-Mocosa su abuela- masculle -Bueno, dado a qué de hoy en adelante vamos a vivir en el mismo lugar, quería tratar de iniciar bien, pero se ve que usted no quiere-

-No me mal entiendas niña, pero no me quiero involucrar en asuntos que no me competen-

-Pues resulta que en parte le competen- el contrario levanto una ceja confundido -Es el único humano en el refugio, es muy seguro que ya sabe cómo están las cosas aquí, quiero que me dé un recorrido por el lugar-

-¿Disculpa? ¿Me viste cara de guía turístico? -

-No, para nada, más bien cara de payaso amargado- susurre lo último.