XIV

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No me siento perdida
Es solo que no sé dónde
termina el mar que llevo
adentro y a veces me ahogo

~Elvira Sastre~

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-¿Alguien necesita atención médica?- gritábamos Zack y yo.

Ya iba a cumplir tres meses desde que estoy aquí, han habido muchas sorpresas como la llegada de Adam y la entrega de dos cajas de provisiones, pero todo ha ido con calma.

La verdad es que todos son muy buenos en su área y como personas, tal vez tarde un poco con algunos, pero llevamos una buena relación, aunque Paula, Zack y Oliver se habían vuelto amigos muy cercanos.

-Hola pequeño- saludé a un niño de unos seis años, sus ojos estaban rojos y su nariz goteaba -¿Te lastimaste?- el negó con la cabeza para después señalar al bosque

-Mi, mi her, hermana-

-Vamos cariño- tome al pequeño en mis brazos y un morral con vendas y medicamentos -Zack, ahorita vuelvo-

-Con cuidado ___- respondió mientras atendía a una niña

La escena era terrible, manchas de sangre en los árboles del alrededor y una niña de unos ocho años tirada en el suelo con una herida en el abdomen. Deje al niño en el piso. Revise el pulso de la niña, seguía respirando, le hice los primeros auxilios y la lleve con Zack.

-Niña de ocho años, herida en el abdomen, inconsciente y con pulso regular-

-Necesito hilo para suturar y una aguja estéril- le di lo que necesitaba, levanté un poco la blusa de la niña y Zack empezó a hacer lo que debía.

-¿Mi hermana va a estar bien?- el niño seguía llorando

-Si, mi cielo. Solo necesita que mi amigo la cure y estar en reposo-

-¿Y si vuelven los demonios?-

-Ayúdalo, por favor- dijo Zack mientras seguía en lo suyo, yo hice caso y llevé al niño hasta la fuente de la plazoleta

-Mira pequeño, los demonios... Ellos vienen tres o cuatro veces por semana, lo único que nosotros podemos hacer es escondernos-

-Pero mi hermana no va a poder correr para huir-

-Ya lo sé, por eso van a quedarse en la cabaña de allá- le señale una de dos pisos con vista tanto a la plaza como al bosque -Que yo sepa esa es la única casa que tiene sótano, el día que suene la música, bajen a este y no se muevan de ahí hasta que todo acabe-

-Gracias señorita-

-No hay de que pequeño- abracé al niño para terminar de consolarlo -Todos los días las chicas de allá sirven los alimentos, desayuno, comida y cena-

-De acuerdo, gracias-

-De nada, cualquier cosa me buscas-

-Si-

El niño corrió hasta donde estaba Zack, parece que ya terminó de dar las puntadas. Yo me levanté y entré al molino.

-Es raro verte entrando sola- dijo Lucas al mirarme en la cocina.

-Se me agotó la batería-

-¿Algún problema?- le conté lo que pasó con el niño mientras comía un pan tostado con mermelada.

-Comprendo- y me dio unas caricias en la cabeza -Tomate tu tiempo-

-Gracias Lucas-

Ya no sabía con qué más distraerme, hoy tenía el día libre. Frustrada salí del molino con dirección a la cabaña del bosque.

Agapē (Oliver y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora