XXIII

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Me apagué un poco,
pero me volví a encender,
porque yo siempre puedo,
siempre pude,
y siempre podré

~Mario Benedetti~

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Segundo día de viaje y todo iba con calma, o eso diría si no estuviera siendo perseguida por un cazador para alejarlo del grupo.

Tenía todo calculado, en menos de cien metros había una trampa del Alvar Pinera, lo guiaría hasta ahí para que cayera en ella.

Así me lo propuse, hasta que vi a otros dos llegar, tomé mi arma lista para disparar, apunté al más cercano y le di en su centro, así también derribé a los otros dos.

Regresé lo más rápido que pude hacia el grupo, espero que no hayan tenido ningún problema.

Cuando los vi, me di cuenta de que sin querer nos desviamos un poco de la ruta original, pero la retomaríamos enseguida.

-¿Cómo están?- le pregunté a Lucas

-Sin problema- me contestó con calma -¿Y tú? Yuugo me daría una paliza si se entera de lo que hiciste-

-No le temas a papá, estoy sana y salva- sonreí ampliamente -Bueno, iré a revisar a los demás equipos y volveré a mi puesto-

Y así hice, parece que todo estaba en orden, si, varios se asustaron, pero me felicitaron como un a héroe.

La caminata estaba muy aburrida, así que me puse a pensar sobre que otras plantas les servirían a los chicos. Malditos cazadores, me los dejaron moribundos, lo bueno es que pude preparar a los niños en primeros auxilios y gracias a su ayuda siguen vivos.

Tal vez un té de luz de luna y hierbabuena les ayude. Aquí el detalle es que la luz de luna solo florece en luna llena, y eso sería dentro de cuatro días. Mientras tanto, solo será té de hierbabuena.

El día pasó volando, nuevamente era de noche, está vez acamparíamos en medio de los árboles.

-¿Alguien quiere venir a cazar?- pregunté en voz alta, nadie respondió, no los culpaba, después de todo lo que pasamos están cansados. Sin más remedio me adentré sola en el bosque.

Ahora me encontraba persiguiendo a un cerdo, no tarde mucho en regresar con él al campamento

-Tenemos suerte, chicos, cenaremos como reyes- exclamé poniendo al cerdo a un lado de la fogata -Veo que fueron por verduras- les dije a Lucas, Ray y Pepe

-¿En serio tu cargaste a esa cosa?- me preguntó Ray incrédulo

-Eso no es nada, ella sola puede con una ametralladora- comentó Pepe

-Es solo cuestión de maña- dije arremangándome las mangas de la blusa

-Si tú lo dices- terminó la plática Ray

Cómo la noche anterior, Ray y yo nos disponíamos a cocinar mientras Nigel y Violet hacían guardia

-Déjenos ayudarlos- pidieron los cinco más grandes del grupo fuera de la resistencia

-Claro, Ray es un gran maestro del arte culinario, él les enseñará- él me miró de mala gana mientras yo me alejaba de ahí sin apuros. Caminé hasta la zona de heridos, todos estaban despiertos -Hola chicos ¿Cómo están?- les pregunté sacando las pomadas y vendas de mi mochila

-Hemos estado mejor- respondió Sandy con una sonrisa que se volvió mueca

-No se esfuercen demasiado, las heridas se podrían abrir de nuevo, en especial ustedes dos- miré acusatoriamente a Gillian y a Oliver

Agapē (Oliver y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora