XIII

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Te quiero como para llevarte
a mis lugares favoritos
y contarte que ahí es donde
me siento a buscarte

~Mario Benedetti~

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Un nuevo y grandioso día, para no hacer nada.

Ojalá fuera así, pero hoy estoy muy ocupada, es el cumpleaños de Gillian y me ofrecí a hacer el pastel y, para mi mala suerte, esto se cruza con las actividades de entrenamiento, en dónde soy la instructora.

-____...-

-Dime- no podía ni voltear a ver, apenas estaba pesando lo que iba a ocupar, tenía el tiempo medido.

-Las velas no salen- la voz de Sandy parecía nerviosa

-Aunque no lo parezca, Zack, Paula y sobre todo Nigel son buenos en manualidades, pero Nigel está con Gillian-

-Pero Zack y Paula están entrenando-

-Diles que se tomen un descanso de diez minutos, uno después de otro, para que no te quedes sin ayuda-

-Gracias ____-

No podía parar, de un lado batiendo y del otro removiendo la mermelada de frutos rojos para el relleno.

-Hola-

-Hola Sonia-

-¿Necesitas ayuda?-

-¡Si, por favor! Tu ve con la mermelada cuida que no se queme y en lo que vigilas si puedes ayúdame a medir las cosas para el betún-

-Por supuesto-

Si bien ahora no tenía tanta movilidad, le agradecía a Sonia por aparecer, si seguía haciendo esto sola iba a enloquecer.

-¿De quién es el próximo cumpleaños?- pregunté

-El de Oliver-

-Cierto-

-Creo que nadie nunca te lo preguntó, ¿Cuándo es tu cumpleaños?-

-Uy, el mío ya pasó, fue el 11-

-¡¿El once de septiembre?!-

-Si, pero no pasa nada-

-¿Cómo que no pasa nada? No festejamos como se debía-

-En serio, no pasa nada, habrá más cumpleaños por delante-

-Si tú lo dices, pero eso sí, el siguiente año vas a tener una gran fiesta-

-Gracias-

En serio que no pasaba nada, después de todo ese día no había pasado desapercibido...

_ _ _ _ _


-Buenos días- pensé que era mi imaginación y volví a acurrucarme entre las sábanas -Buenos días- escuché nuevamente la melodía, eran las seis de la mañana, ni siquiera en día de caza nos levantamos así de temprano. Sin más me levanté y abrí la puerta.

-Buenos días cumpleañera- su linda sonrisa hacía que levantarme valiera la pena -Vamos- me tomó de la muñeca y parece que quería echarse a correr, pero lo frené.

-¿Vamos? Espera, mínimo deja que me cambie-

-Ups, adelante-

Cerré la puerta y me cambié, unos pantalones de mezclilla azul claro y una blusa blanca de manga larga con las botas estaban perfectas.

Agapē (Oliver y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora