XXIV

58 3 0
                                    


∞∞∞∞∞∞∞∞

Al final uno siempre
se queda con aquella
persona que le dio sentido
a los días nublados.

~M. Sierra Villanueva~

∞∞∞∞∞∞∞∞

La compuerta del refugio se abrió, todos estábamos expectantes de ver quien entraría.

Los primeros fueron Lucas y el ciclope con un grupo de niños, algunos de los heridos bajaron por su cuenta, solo tres necesitaron ayuda, después ingresaron otros dos grupos con sus comandantes. Faltaba ella, con preocupación en mis ojos miré a Lucas y a Ray buscando respuestas, apartaron la vista con una mueca.

Oímos que la compuerta se cerró, con la cabeza baja me disponía a irme a mi habitación a llorar, pero paré en seco al oír su voz

-¿Papá?- . Aventé a todo ser que se interponía en mi camino, no me importó si era uno de los heridos 

-¡Papá, cuidado con Oliver y Gillian!-. Me valió un comino lo que me dijo, yo la abracé fuertemente, ella me correspondió 

-Te extrañe- le susurre 

-Yo también- ella empezó a sollozar 

No me había percatado que todos estaban como estatuas viendo nuestro reencuentro, no quería perder ese momento, pero sus miradas eran insoportables 

-¿Y ustedes que ven? Largo- los corrí, la mayoría se fue corriendo, solo dos personas se quedaron 

-Qué bueno es volver a casa- dijo al separarse del abrazo -¿Cómo están todos aquí?- me preguntó mientras se limpiaba sus lagrimas 

-Todo bien, Emma sigue inconsciente pero estable, y ahora los niños ya no me quieren matar- dije con cierto orgullo 

-Hablando de matar, Ray me contó lo que hiciste el día que llegaron aquí- su mirada me aseguraba un sermón y golpiza que no olvidaría, poco a poco me iba alejando de ella, protegiéndome en las espaldas de Lucas

-¿Yo que hice?- pregunté inocente 

-No te hagas tonto, yo te pedí que cuidaras de ellos, que les enseñaras a sobrevivir en este mundo como lo hiciste conmigo, ¡pero casi le disparas a Emma y los dejas sin refugio!- su tono de voz aumentaba de a poco, una mala señal

-Es que, es que...- traté de inventarme una excusa 

-Apártate Lucas- él se hizo a un lado, dejándome indefenso, pero su acción me tomó por sorpresa, me abrazó fuertemente -Perdón papá, en serio lo siento-

-No pasa nada, mocosa- le dije con cariño mientras revolvía su cabello

-Bueno, tengo que ir a la enfermería para revisar a mis amigos, al rato vuelvo contigo- se separó de mí y se perdió entre los pasillos

-Crecen muy rápido ¿No lo crees?- Lucas puso su mano sobre mi hombro

-Si...- respondí con una sonrisa

-Wow, si sonríes- se me olvidó que el cíclope seguía aquí

-¿Qué no había dicho que se fueran?-

-Perdón, pero realmente quería comprender por qué ____ te considera su figura paterna, ahora lo entiendo- después de eso se fue con calma

-A veces no comprendo a esos bichos-

-Ahora les dices bichos, pero pronto los querrás como a tus hijos, mamá gallina-

-¿Mamá gallina?-

-Entre pláticas salió el tema de como reaccionaste en su primera menstruación-

Oh... Cierto

_ _ _ _ _ _

La mañana transcurría con tranquilidad, ____ preparaba el desayuno mientras yo esperaba en el comedor

-Dos sándwiches de jamón de jabalí y aderezo especial a la orden- me entregó el plato con su característica sonrisa

Desayunamos con tranquilidad, pero antes de acabar vi que hacía gestos raros

-¿Te tocó la parte fea de jamón?-

-No, siento como piquetes por dentro, iré a recostarme a ver si así se me pasan-

Se levantó de la mesa dejándome preocupado. Terminé de desayunar y lavé los platos, para ponerme a picar fruta fresca para llevársela.

Entré a su habitación, estaba acostada boca arriba

-Te traje algo para llenar tanque-

-Gracias papá, ponla en la mesita, al ratito agarro- se dio la vuelta, dándome la espalda

Cuando miré la colcha, está tenía una mancha algo grande de sangre, el pánico se apoderó de mí que caí de sentón

-¡¿Papá, que pasó?!- se levantó rápido de la cama para ponerme de pie

No le respondí nada, iba corriendo de la habitación a la enfermería y viceversa, dejando vendas, analgésico e incluso hilo para sutura y gritando los materiales que me hacían falta

-¡Papá!- su mano me detuvo -¿Qué pasa? ¿Por qué trajiste todas estas cosas?-

-Te estás desangrando, no sé de dónde, pero se ve grave- traté de volver a correr, pero se colgó de mi

-Espera, tranquilízate-

-¡¿Quieres que me espere para que te mueras?! ¡Jamás!-

-¡Ya, alto!- me gritó -Ya sabía que me iba a pasar- me dijo con calma

-¿Ya sabías que tenías una enfermedad terminal y no me dijiste?- realmente sentía pánico

-No, no, no. Trae el libro "Sexualidad humana" está en el segundo estante de medicina, repisa tres-

Salí corriendo por él, para cuando regresé ella se había cambiado de ropa

-Presta- le di el libro y ella lo abrió

-Lo que tengo es un proceso normal, ve- casi me estrella el libro en la cara, me puse a leer, tenía razón

-Babosa, de estas cosas se avisa- la regañé

-Perdón, pero yo creí que al igual que yo, tu habías leído todos los libros-

A partir de ese momento, cada vez que estaba en sus días trataba de consentirla con comida, sobre todo dulces y chocolates.
_ _ _ _ _ _



Agapē (Oliver y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora