∞∞∞∞∞∞∞∞"Ni siquiera pedimos felicidad,
solo un poco menos de dolor"~Charles Bukowski~
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-Buenos días, Yuugo- lo saludé alegre mientras ponía los platos en la mesa -Perdón por lo de ayer-
-No pasa nada, solo te preocupabas por mí, pero ya no seas metiche, enana- expresó mientras empezaba a desayunar.
-Okey, okey. Buen provecho-
Desayunamos en silencio, cada uno perdido en su mundo. Yo me preguntaba lo mismo que ayer, lo que pasaba con ese joven y lo que estaría sucediendo en el orfanato...
-Prepárate, cuando termine con esto nos vamos al exterior- comentó mientras lavaba los trastos.
-Sip-
Puse algunas cuantas cosas en la mochila, entre ellas las municiones para las armas y botellas con agua. Al cabo de cinco minutos ambos ya estábamos subiendo la escotilla para salir del refugio en busca de alimentos frescos.
-Espero y logres seguirme el paso, mocosa-
Después de decir eso, salió corriendo como burro sin mecate en dirección al norte, apenas y lograba seguirle el paso, y cada tanto me detenía a recobrar el aliento haciendo frustrar aún más a Yuugo.
-Apúrate mocosa, que te pueden comer- advirtió serio mientras entrabamos al bosque.
-¿Qué?- pregunté exhausta mientras me recargaba en un enorme tronco.
-¡Que muevas tus patas!- exclamó fuertemente mientras una mirada impresionada se mostraba en su rostro -¡Corre, imbécil!- rápidamente me jalo del gorro de la chamarra para echarnos a correr por nuestras vidas -¡Idiota! si no hacía nada eras comida de un cazador-
-Lo siento- grite aterrada -¿Estas cosas se pueden matar, verdad?-
-Claro que sí, tu sigue corriendo y cuando estés lejos, sube a la copa de algún árbol- ordenó mientras acomodaba su arma.
Yuugo corrió en una dirección diferente, distrayendo al demonio salvaje, yo me apresure a subir a las ramas de un árbol, viendo como él apuntó y disparó en el ojo central a aquel ser.
-Muere hijo de perra- después de eso regreso a dónde nos habíamos separado -Niña ¡¿dónde estás?!-
-¡Aquí!-
Empecé a descender del árbol donde me escondía, para estar al lado del "jefe".
-Tienes suerte de que ese come hombres no llamará a sus amigos-
-Lamento mi falta de atención...- baje la mirada, avergonzada.
-Tranquila, con las clases que te daré tomarás todas las cosas "difíciles" del entrenamiento en algo tan sencillo como atar tus botas-
Yuugo me dio unos golpecitos en la cabeza, despeinándome, y siguió caminando con tranquilidad; traté de acomodarme el cabello, y corrí para alcanzarlo.
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Agapē (Oliver y Tn)
FanfictionDicen que los ojos de una persona pueden decir más de ella que lo que podría decir de si mismo con palabras, y en parte tiene razón, pues quedé hipnotizada del brillo de aquellos ojos carmesí, pero lo que derritió mi ser fueron sus labios, esos que...