XXVIII

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No sabía que canción dedicarle,
y le dediqué cada uno de mis latidos

~Jorge Muñoz~

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Como era rutina, a mí me tocaba revisar a Emma por la mañana, ya llevaba 4 semanas inconsciente y posiblemente esté así por más tiempo.

Al abrir la puerta de la enfermería vi que ella tenía los ojos débilmente abiertos, luego movió ligeramente su cabeza para verme

-¿____? ¿Ya estoy muerta?- preguntó con voz susurrante

-¿Muerta? Claro que no, Emma- me acerqué rápidamente a ella

-Pero mamá dijo que un demonio te comió-

-Solo masticó mis botas, logré sobrevivir- me limpié unas cuantas lágrimas

-Que alegría- me dio una sonrisa cansada, le acaricié su mano para luego dirigirme al marco de la puerta

-¡Chicos, Emma despertó!- grité a viva voz

La enfermería se llenó rápidamente, los más pequeños rodeaban su cama mientras soltaban sollozos alegres, los de Grace Fiel le hacían varias preguntas mientras que la resistencia observaba casi desde atrás.

-¿Todos están aquí?- cuestionó Emma

-Claro que si- le contestó papá

-Señor...-

-Yuugo, niña- tal vez él quería disimular, pero distinguí una ligera sonrisa de su parte

-Señor Yuugo, gracias por ayudarnos-

-No lo hice por ustedes, chamacos de pacotilla. Lo hice por ella-. No sé cómo hizo, pero logró tomarme del hombro y acercarme a él, yo lo abracé gustosa -No se piensen importantes, por qué no lo son-

-Ay ajá, ni tú te crees eso- le recriminó Lucas en forma burlesca, y antes de que iniciara su pelea intervine

-La familia está completa y sana, Emma. No tienes de que preocuparte-

La plática se fue extendiendo. Entre Ray y la resistencia le explicaban a Emma lo que había pasado hasta el día de hoy, incluso Oliver se animó a contarle sobre lo nuestro a pesar de la mirada penetrante de papá.

-Bien chicos, Emma necesita descansar- hablé fuerte para que todos escucharán -Todos fuera- les ordené

El chequeo fue rápido, durante estas cuatro semanas su herida había sanado correctamente y si se lo proponía podía caminar con el apoyo de muletas

-Oye Emma- hablé vendándole el torso

-¿Si?-

-No te vuelvas a sacrificar así, no seas idiota- la regañé, su expresión cambio a una sorprendida, supongo que por mi lenguaje, coloqué los materiales que utilicé en su lugar y me senté en el taburete que había al lado de su cama -Desde que escapé del orfanato siempre tenía en mente a ustedes tres, me temía que algo les pasara y que fuera por mi culpa, pero sabía que mamá no era un monstruo del todo, así que continue. Cuando llegué al refugio conocí a Yuugo y de a poco se fue volviendo en una figura paterna y me dolió mucho dejarlo aquí, pero sabía que, si moría, él los guiaría para encontrar la libertad que ambos anhelamos; aunque al final no fue exactamente como pensaba-

-La vida sí que da grandes giros...- comentó con tono melancólico

-Si, pero gracias ello estamos aquí y preferiría que todos estemos unidos hasta el final, sin ningún tipo de sacrificio heroico-

Agapē (Oliver y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora