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Unas horas después de la discusión con sus amigos, Jin Sik pidió un Uber para ir a la mansión. Había sido una dura semana de exámenes, así que no había podido visitar a Niran con la frecuencia habitual.

Últimamente, Niran había estado muy extraño. Su voz sonaba distante en los escasos audios que le había enviado. Jin Sik comenzaba a preocuparse. Temía que su amigo estuviera deprimido.

El auto dejó a Jin Sik afuera de la reja de entrada. Jin Sik tocó el timbre y esperó. Un segundo más tarde, la enorme reja comenzó a retroceder lentamente, con escalofriantes chirridos.

Cuando tuvo el camino libre, Jin Sik corrió hasta la puerta principal y tocó.  

El ama de llaves abrió, como siempre.

―¡Hola! ―saludó Jin Sik.

―Buenas tardes, señor Ham.

―¿Está Niran en casa?

―Sí ―respondió la mujer―. Adelante.

Jin Sik siguió al ama de llaves al interior de la casa.

―No le dije a Niran que vendría. ¿Cree que se moleste conmigo? ―preguntó, inseguro.

―No lo sé. Si quiere puede esperar en el vestíbulo mientras yo voy a avisarle que usted ha venido. ¿Qué le parece?

―Oh, se lo agradezco mucho.



Niran estaba en su habitación, escuchando música, cuando el ama de llaves apareció en la puerta.

―¡Ham Jin Sik ha venido a visitarlo, señor! ―anunció, lo bastante alto como para que Niran pudiera escucharla.

Niran se quitó los audífonos.

―¿Jin Sik? ―murmuró, sorprendido―. No esperaba que viniera hoy.

―El señor Ham está esperándolo en el vestíbulo. ¿Quiere verlo?

Niran estaba a punto de responder cuando Achara hizo acto de presencia.

―¡Qué maravilla! ―dijo, fingiendo alegría―. Tengo muchas ganas de hablar con Jin Sik.

Niran sintió un escalofrío al escuchar la voz de su hermana.

El ama de llaves notó de inmediato la tensión entre los hermanos y escapó disimuladamente, intuyendo que se avecinaba una fuerte discusión.

―Achara, ya basta ―le espetó Niran a su hermana, quien había entrado en la habitación.

―¿De qué hablas? Solamente quiero conversar con un viejo amigo ―replicó ella, con un tono de voz inocente. Pero Niran sabía muy bien que su inocencia era falsa.

𝑺𝒂𝒗𝒆 𝒀𝒐𝒖 | 𝐽𝑖𝑛 𝑆𝑖𝑘 | 𝐱𝐢𝐤𝐞𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora