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Aquella noche, antes de irse a dormir, Jin Sik se sentó frente a su computadora y le escribió un correo electrónico a Niran, sabiendo que TalkBack lo leería para él.
De: Jin Sik.
Para: Niran.
Querido Niran:
Sé que no eres el tipo de persona que se conforma con unas simples y patéticas disculpas, pero te pediré disculpas de todas formas, porque no soporto que estés enfadado conmigo.
Necesito que sepas que, a pesar de las tonterías que dije, eres la única persona con quien quiero pasar mi tiempo. Uno de los motivos por los que mis amigos se enfadaron conmigo es porque apenas nos vemos. Casi siempre cancelo nuestros planes para ir a visitarte. Puede que suene un poco enfermizo, pero te juro que sólo quiero estar contigo. Me gustan nuestras conversaciones sobre tonterías, y también me gusta quedarme a tu lado en silencio. Básicamente, me gusta estar contigo.
Antes de conocerte, me parecía ridículo cuando escuchaba a la gente hablar sobre tener una "conexión especial" con alguien, pero ahora ya no. Ahora por fin lo entiendo, y es gracias a ti.
Siento que tú y yo tenemos una conexión especial. Y me da miedo que mi estupidez me aleje de ti. No quiero dejar de sentir esto.
Me avergüenza ser tan cursi, pero estoy siendo honesto. Es importante que sepas lo que siento por ti.
Respecto a la discusión que tuvimos, no me cabe duda de que existe una explicación para que me dijeras todas esas cosas hirientes, y necesito escucharla. Sé que no tienes una mala opinión de mí, Niran. Desconozco lo que estaba pasando por tu cabeza en ese momento, pero, sea cual sea el problema que tengas, puedes hablarlo conmigo. Aunque a veces sea un imbécil, puedes confiar en mí.
Lo siento si lo que dije te lastimó. Lo siento muchísimo, en serio. Hablé sin pensar. La próxima vez pensaré mejor en mis palabras.
Perdóname, por favor.
Te quiero, amigo.
Jin Sik se quedó mirando las últimas palabras que había escrito, preguntándose si debía borrarlas. Había conocido a Niran poco tiempo atrás, pero lo que sentía era indudable. Se había encariñado demasiado con él. Nunca había sentido la amistad de una forma tan intensa y abrumadora. ¿Era normal lo que había comenzado a sentir? Jamás había oído que una amistad pudiera quitar el aliento o acelerar los latidos de un corazón. ¿Sentiría Niran lo mismo que él? ¿La conexión realmente iba en ambos sentidos, como él quería creer?
Jin Sik sabía que no podía hablar de sus preocupaciones con sus padres o sus amigos, ya que posiblemente malinterpretarían las cosas y convertirían algo hermoso en un enorme problema. La única persona con la podía ser completamente sincero era con Niran, ya que él no juzgaba o, al menos, no a él.
Finalmente, Jin Sik respiró profundamente y terminó de redactar el email-carta.
Sinceramente,
Jin Sik.
Envió el correo y esperó una respuesta durante una hora. Luego, cuando estaba a punto de quedarse dormido, se prometió a sí mismo que si Niran tardaba más de siete días en responder, se presentaría en la mansión otra vez.
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Niran recibió el correo y, después de esconderse bajo las mantas de su cama, lo escuchó una y otra vez, fantaseando con que era la voz de Jin Sik la que pronunciaba cada palabra.
―Yo también te quiero ―susurró, muy bajito―. Eres la persona a quien más quiero, Ham Jin Sik.
