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La semana siguiente transcurrió con extrema lentitud. Jin Sik escuchaba sin oír, miraba sin ver y caminaba como un autómata por los pasillos de la escuela. Eun estaba preocupado por él, pero le daba miedo acercarse. Nunca lo había visto comportarse así.

―Parece el chico depresivo de un video musical... ―comentó Won durante el almuerzo.

Su hermano le arrojó unas migajas de pan a la cara.

―No seas malo ―le espetó―. Tiene derecho a estar triste.

―Estoy seguro que el chico ciego tiene algo que ver ―murmuró Won con indiferencia.

―¿Crees que deberíamos hablar con él? ―inquirió Eun.

―Dejó bastante claro que no está interesado en ser nuestro amigo ―replicó Won.

―Jamás dijo eso ―lo contradijo Eun.

―Abandonó el grupo de Whatsapp. No respondió nuestras llamadas ni los mensajes de texto que le enviamos durante el fin de semana. No nos habla. Ni siquiera se digna a mirarnos. ¿Qué clase de amigo hace algo así?

―Ofendiste a Niran ―le recordó Eun―. Y no sólo eso, dijiste que ambos eran raros y que Jin Sik ya no te cae tan bien como antes. Es obvio que se sintió mal.

―Dudo que nosotros seamos la razón por la que se está comportando como un fantasma ―señaló Won―. Supongo que peleó con su noviecito.

―¡Won! ―lo regañó Eun.

Definitivamente su hermano no tenía remedio.



Se notaba que Jin Sik estaba esperando una llamada o un mensaje. Revisaba su celular cada dos minutos. El sonido de las notificaciones se convirtió en su peor enemigo, puesto que ninguno de los avisos que recibía venían de parte de Niran. En cuanto confirmaba que se trataba de publicidad, mensajes de compañeros de clase o de sus padres, la sonrisa desaparecía de su rostro.



Niran, por otro lado, también estaba sufriendo, y mucho más de lo que Jin Sik podía imaginar.

Niran perdonó a Jin Sik en cuanto escuchó el correo. La discusión que tuvieron le había hecho daño, sí, pero no quería aferrarse a un resentimiento absurdo. No dudaba del aprecio de Jin Sik y, aunque era evidente que sus sentimientos no eran correspondidos, la amistad que ambos compartían lo eran todo para Niran. 

Sin embargo, cada vez que tomaba el celular para llamarlo, las amenazas de su hermana resonaban en su cabeza, obligándolo a guardar silencio.

Permitió que los días pasaran. Mantuvo la distancia. Sabía que estaba siendo cruel con Jin Sik, pero no estaba preparado para hablar con él. Todavía no.  

𝑺𝒂𝒗𝒆 𝒀𝒐𝒖 | 𝐽𝑖𝑛 𝑆𝑖𝑘 | 𝐱𝐢𝐤𝐞𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora