𝟷𝟼: 𝑜𝑛𝑙𝑦 𝑜𝑛𝑒 𝑜𝑓 𝑢𝑠... ❪NOT YOU❫

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Achara recibió el primer mensaje al regresar de la escuela, el mismo día en que humilló a Jin Sik frente a un montón de gente. Al principio pensó que era uno de los chicos que había conocido en Tinder, pero pronto se dio cuenta de que quien le enviaba los mensajes no parecía querer coquetear. Cada mensaje era más aterrador que el anterior. La mayoría eran inquietantes versos de canciones, mientras que otros eran descripciones excesivamente detalladas acerca de las cosas que había hecho durante el día o de la ropa que llevaba puesta en el preciso momento en que leía el mensaje.

Alguien siguió cada uno de sus movimientos durante una semana.

Siete días completos.

Rápidamente, la paranoia se apoderó de su mente. Achara se había involucrado con personas peligrosas en el pasado. Temía que sus pecados hubieran venido en su busca. Se había marchado de Bangkok justo a tiempo, pero tal vez la distancia no había sido suficiente.


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Hubo un mensaje en particular que le hizo perder la cabeza.

"¿Qué pasaría si alguien se enterara de lo que sucedió la noche en que Niran murió?".

Achara borró inmediatamente el mensaje, y luego arrojó su celular sobre la cama, asustada. Debía ponerle fin al asunto.

―Todo es una broma ―dijo, intentando convencerse a sí misma―. Sólo es una broma de muy mal gusto.

Tal vez la situación no era tan mala como Achara había pensado al principio. Tal vez aquellos mensajes eran una venganza infantil; probablemente Jin Sik y sus amigos estaban detrás de ellos. Achara rezaba para que fuera así, puesto que la otra alternativa era aterradora.


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En la escuela, Achara buscó a Jin Sik para desenmascararlo.

―¿De qué rayos estás hablando? ―inquirió Jin Sik, confundido, después de escuchar las acusaciones de Achara.

―¡No actúes como si no lo supieras! ―chilló Achara, exasperada a causa de la perplejidad de Jin Sik―. Me has amenazado de muerte, Ham Jin Sik. ¡Podría denunciarte a la policía!

―¿Qué le pasa a esta loca? ―preguntó Won, interponiéndose entre Achara y Jin Sik―. ¿Hasta cuándo vas a molestar a Jin Sik? ¿Te gusta ser la mala del cuento?

―Estoy segura de que tú también estás involucrado ―dijo Achara, señalando a Won con el índice.

―¿Involucrado en qué?

―Los mensajes ―respondió Achara―. Las letras de canciones, las descripciones...

Achara sacó el celular de su bolso, desbloqueó la pantalla, presionó el ícono de Whatsapp y les mostró los mensajes a los chicos.

―¡Eun! ―llamó Won a su hermano―. ¡Ven a ver esto!

Eun, quien se había quedado rezagado ordenando sus libros, obedeció a su hermano.

―Parece que has hecho enojar a un fan de Taylor Swift ―comentó al terminar de leer―. La mayoría son versos de Look What You Made Me Do.

―Y también de Cutthroat, de Imagine Dragons ―añadió Won. Se notaba que estaba disfrutando la situación.

―En resumen, alguien te está gastando una broma ―le aseguró Eun a Achara.

―¿Y las descripciones sobre mi ropa? ―insistió ella. Se veía genuinamente asustada.

―Supongo que la broma ha ido demasiado lejos ―comentó Jin Sik, encogiéndose de hombros―. Pero no te preocupes. Tarde o temprano, se aburrirán y te dejarán en paz.

―Algunas bromas nunca terminan ―murmuró Achara, pensando fugazmente en las cosas malas que había hecho y en las personas a quienes había lastimado a lo largo de los años―. Lo sé mejor que nadie. Solía hundir a las personas hasta que ya no querían continuar existiendo... ―admitió, sin ni una pizca de arrepentimiento en la voz. Sólo estaba preocupada por sí misma.

Jin Sik y sus amigos la miraron con horror.

―Bueno, cosechas lo que siembras ―comentó Eun.

―Estás demente, Achara ―sentenció Won―. Aléjate de nosotros.

Los chicos le dieron la espalda a Achara y comenzaron a alejarse.

―¡Te denunciaré a la policía, Ham! ―gritó Achara.

Jin Sik se dio la vuelta y respondió, también gritando:

―¡Haz lo que quieras! Mi conciencia está tranquila.

Achara los miró cruzar el pasillo hasta que desaparecieron tras una esquina. En el fondo, sabía que Jin Sik decía la verdad.


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Por la noche, en su habitación, Achara llamó a Kenny, un chico a quien había conocido casi dos meses atrás, cuando el circo estaba en la ciudad.

―Hola, soy Achara ―dijo con voz temblorosa.

―Vaya, pensé que nunca volverías a llamar ―respondió Kenny―. Recuerdo que eso fue lo último que me dijiste.

―No te llamo por diversión ―le espetó Achara―. Alguien más sabe lo que pasó, Kenny.

―¿De qué hablas exactamente? ―preguntó Kenny. Su voz sonaba calmada.

―Sabes perfectamente de lo que hablo, idiota.

Kenny suspiró.

―Maldito zorro volador ―dijo con indiferencia, y después se echó a reír.

―¿Cómo puedes reírte? ¡Estamos jodidos! ―exclamó Achara, perdiendo la compostura.

―Corrección, preciosa: tú estás jodida ―se burló Kenny―. Yo estoy muy, muy lejos, en un lugar donde nadie podrá encontrarme.

―Puedo hacer que la policía rastree esta llamada ―lo amenazó Achara.

―Sí, claro. ¿De verdad quieres involucrar a la policía?

Kenny cortó la llamada, dejando a Achara sola con las consecuencias de sus acciones.

―¿Cómo iba a imaginarme que todo saldría tan mal? ―se quejó Achara, sentándose en su cama.

Su celular vibró; posiblemente había recibido otro mensaje de su acosador. 

𝑺𝒂𝒗𝒆 𝒀𝒐𝒖 | 𝐽𝑖𝑛 𝑆𝑖𝑘 | 𝐱𝐢𝐤𝐞𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora