conversaciones con la señora de los gatos.
–Dios abuela, lamento llamarte tan tarde. –digo apenada mientras le doy la taza de chocolate.
–Ay por el amor a la virgen de los abdominales. –dice ella rodando los ojos y yo la miro extrañada.
¿Dónde saco eso?
–Abuela, ¿de donde lo sacaste? –pregunto ocultando la carcajada.
–¿Qué? ¿acaso soy muy vieja para leer o ver porno? -dice y yo me atraganto con la saliva.
–Dios mío abuela, baja la voz –digo sonrojada.
–Bien mi estrella fugaz, ¿de que quieres hablar? ¿consejos para dar una buena mamada? –vuelve a decir y yo vuelvo a ahogarme.
–¡Georgia! –la regaño – dios cálmate.
–Lo siento, pienso con la popola a veces –dice sonriendo mientras yo ruedo los ojos.
Esta señora es un caso perdido.
–Mira, abuela, yo... --busco las palabras adecuadas—tengo unos sentimientos un tanto confusos –la observo—, hay dos chicos que me atraen –digo un suelto una risa—, uno más imbécil que el otro, pero me atraen.
–Hija, sabes que para eso no hay que pensar tanto, es normal sentirse atraído por distintas personas, no te van a echar en una cárcel por eso –ella sonríe—, cuando conocí a tu abuelo, tuve que elegir entre el o su hermano –ríe—, su hermano era un completo idiota, así que, decidí quedarme con el que mas bien me trataba, con tu abuelo. –sonríe— también puedes quedarte con el mejor que te dedee
–¡Abuela! –digo sonrojada—dios mío tu... tu no tienes remedio.
–Hola –dice Ashton bajando.
Le quedo a la perfección mi pantalón.
–Hija, ¿y quien este Dios griego? –dice mi abuela—es uno de los... --le tapo la boca rápido.
–Abuela, no. –digo sonrojada—Georgia, Ashton, Ashton, Georgia –digo presentándolos – voy por tu taza de chocolate Ashton –digo de camino a la cocina.
En ella aun puedo escuchar a mi abuela hablar con Ashton.
–¿Y? ¿te gusta mi nieta? –pregunta y yo ruedo los ojos—es preciosa ¿no? Imagínate en la cama.
–¡Abuela no estoy sorda! –grito desde la cocina.
–No le hagas caso, hace más de tres años que no folla duro. –dice y yo me tenso.
–Es un lugar hermoso Richard –digo mirando el mar.
–Mas preciosa eres tú Astrid –susurra el acercándose a mí.
Me sonrojo ante su cumplido, llevamos tres meses de novios y aún no me acostumbro a sus hermosos cumplidos.
–Ay Richard, que cosas dices –digo mirando mis pies desnudos.
–Digo la verdad hermosa. –besa mi frente para luego bajar a mis labios.
Cuando salgo del pequeño trance, noto que estoy llorando, maldigo en voz baja mientras las seco rápidamente.
–Aquí tienes tu chocolate –digo entregándole la taza a Ashton.
Mi abuela me mira fijamente, notando mis ojos levemente enrojecidos, entrecierra la mirada mientras su semblante se vuelve preocupado.
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Una Nueva Vision
Teen FictionAstrid no suele ser la típica nerd de toda película, a pesar de que solo la conozcan por sus hermanos, tiene varios amigos. Pues, desde muy pequeña le gustaba el hermano de su mejor amiga. Astrid, entre la espada y la pared, o bueno, entre los dos m...