Capítulo Diecisiete

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Una nueva decepción 

Ashton

Suelto su agarre suavemente, la observo con tanta admiración. Astrid es como una obra de arte para los creadores; es algo que nunca podrás dejar de admirar. El celular comienza a vibrar en la mesita de noche y me apresuro a cogerlo.

Salgo de la habitación sin hacer ruido y atiendo la llamada mientras me pongo mi camisa. Suspiro agarrando una pequeña nota y escribiendo lo siguiente;

Lo siento, tuve que salir de emergencia.

–¿Qué? –pregunto confundido.

–Solo ven a la casa. –responde Josh con frustración.

Cuelgo la llamada y me dirijo lo más rápido posible a la casa de Josh. Al llegar entro sin preguntar, ya que es algo común, sus padres nunca están y se que a el le da igual.

–¿Qué es tan importante? –Digo con fastidio.

–Esta mas cerca, en cualquier momento la atacará. –dice mirándome, su mirada se dirige a mi cuello donde tengo un pequeño chupetón– mierda ¿te la follaste?

–Eso no importa ahora. –digo intentando cambiar de tema.

–Si que importa Ashton—dice cruzándose de brazos—Jacob te matará si lo sabe.

Ruedo los ojos y miro la hora en mi celular.

–Me voy, si surge algo me llamas –digo y lo dejo con la palabra en la boca.

Astrid

Me levanto poco a poco, me siento en la cama y un leve dolor se cruza por mi entre pierna. Me sonrojo al recordar todo y me dispongo a bajar las escaleras para preparar algo de comida para mí. La puerta se abre dejando ver a mi hermano con... ¿golpes?

–¿Qué paso? –corro hasta el, me arrepiento al sentir de nuevo el dolor.

–Nada grave. –responde arrastrando las palabras.

–Para colmo borracho Jacob. –digo ayudándolo a sentar.

Ryan entra por la puerta junto a Trevor y me dirijo con ellos hacia la cocina.

–¿Qué ha pasado? –me cruzo de brazos.

–Lo descuidamos un segundo y ya se estaba agarrando a madrazos con un chico –responde Trevor.

Me dirijo de nuevo al sofá y veo a Jacob sentado recostando su cabeza en este con los brazos cruzados.

–¿Terminaron de hablar mierda? –habla con los ojos cerrados.

–No estaban hablando mierda. –respondo sentándome a su lado.

–Si, sí. –dice para posar su mirada en mi mejor amigo y Ryan –lárguense.

Ellos asienten y se van no sin antes despedirse de mí.

–Tienes cinco minutos para explicarme. –digo cruzándome de brazos.

–Uno de ellos quería a mis chicas, no iba a dejar que se las follara y las dejara como basura. –dice mirándome—por cierto... ¿Por qué hueles a hombre?

Ay no.

–¿Quiénes son tus chicas? –pregunto ignorando la pregunta.

–Amanda y tú. –responde seco—ahora contesta mi pregunta Astrid.

–Estas ebrio, vamos a que duermas. –digo intentando levantarlo.

–¿Quién fue? –dice levantándose.

Una Nueva VisionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora