20

198 34 11
                                    

La relación de compañeros se fortaleció con el pasar de los días, empezaron a saber sobre los gustos que tenían y las que compartían, los intereses sobre el deporte y las películas que les gustaría ver si no estuvieran encerrados. Asimismo, no volvieron a tener sexo, ni tampoco algún tipo de intimidad como Chanyeol estaba acostumbrado a cobrar. Ambos solo compartieron mayor tiempo juntos. 

Kyungsoo practicó de todo un poco en el patio primero levantó pesas y  luego hizo barras, los músculos se le marcaban de una manera que jamás antes había visto. Le gustaba verse fuerte a diferencia de su yo de antes. 

Era la hora de almuerzo, sus piernas jugaban debajo de la mesa ladeando de la derecha a la izquierda chocando su rodillas, el juego continuaba mientras conversaban sobre los reos del lugar y cuáles Chanyeol conocía mejor.

—El rubio falso que siempre te molesta es Jongdae, ese es su sentido del humor, y pese a todo lo que pueda decir es de los pocos confiables aquí dentro.

Kyungsoo se sorprendió que Chanyeol tuviera algún tipo de alianza con algunos reos.

—El de rostro con cicatriz —continuó —es la mano derecha del más fuerte de aquí. San Hwa, debes haber oído de él un poco.

Kyungsoo negó con la cabeza.

—Es adinerado. Sigue teniendo poder fuera de estas celdas.

Kyungsoo estaba curioso, ¿era Chanyeol de poco dinero como él? Solo que era una pregunta demasiado invasiva. 

—¿Y tú? —preguntó bajito.

—Yo también tengo dinero, por eso no va contra mi—Chanyeol continuó hablando. —En realidad mi madre es la del dinero, más la herencia de mi padrastro incrementó su patrimonio.

Kyungsoo se sorprendió.

—¿Qué tanto?

—¿Importa?

Kyungsoo lo pensó.

—En realidad no debería, pero ser rico te ayudo a que muchos eviten problemas coontigo.

Chanyeol lo golpeó con un poco más fuerza en la rodilla. Kyungsoo emitió un quejido de dolor.

—Y los problemas contigo se calmaron por estar conmigo.

Kyungsoo se sonrojó.

—Yo no estoy contigo.

—Sabes a lo que me refiero, no te hagas ilusiones tampoco.

Ambos compartieron miradas, los ojos marrones de Kyungsoo eran grandes un atributo que resaltaba muy bien en su rostro al igual que sus labios. Inevitablemente Chanyeol se detuvo en los labios del menor, eran de color rosa brilloso, probablemente por el picante de la comida.

—Voy a llevar las charola —Chanyeol huyó del lugar. 

Kyungsoo lo observó irse hasta que fue interrumpido.

—Reo 01193 acompáñame —ordenó un guardia. 

Kyungsoo lo siguió sin querer molestarlo. Salieron del comedor rumbo al área de visitas. Kyungsoo se detuvo.

—¿A dónde vamos?

El guardia se posicionó detrás de Kyungsoo y apoyó su mano en la espalda del más bajo incitando a que camine. 

—Ingresa por las buenas, no vas querer hacerme enojar —amenazó.

Cuando cruzó la puerta el área de visitas estaba vacía para ser un sábado dos de la tarde.

—Al ocho.

Kyungsoo caminó un poco asustado por toda la situación. Cuando llegó al lugar indicado observó a Baekhyun sentado detrás del vidrio usando un traje de medida. Lucía impecable, limpio, incluso el perfume que usaba podía sentirlo. Su cabello volvió al rubio ceniza y estaba perfectamente peinado. La sonrisa que le regalaba no lucía para nada fingida, era sincera como antes lo hacía. Kyungsoo se sentó incómodo.

Ambos se observaron durante unos largos segundo. Baekhyun cogió el telecomunicador y Kyungsoo lo siguió. Baaekhyun resopló y su sonrisa se transformó en una de nostalgia.

—¿Qué te pasó?

Kyungsoo no entendió. 

—Cuando me miras ya no tienes el brillo especial para mí —Baekhyun continuó.

Kyungsoo apartó la vista.

—¿A qué viniste?

—Voy a sacarte de aquí Kyung, y una vez que salgas voy a hacer que me perdones y me ames como siempre. Quiero llegar a casa y que la cena esté lista, que me esperes con esa sonrisa preciosa que tienes.

Kyungsoo quiso volver el tiempo atrás donde todo era felicidad, donde dormir juntos y abrazados solucionaba todos los problemas. Sus cenas acompañadas por las risas y el televisor sonando. Recordó como Baekhyun lo besaba cada que estaba frustrado y triste por lo mal que le iba en el trabajo. La realidad ahora era diferente, estar en prisión lo había cambiado. Aún si quería que todo fuera como antes sería casi imposible.

—Kyung, yo todavía te amo —continuó. —Este  no es un lugar para alguien como tú, haré todo lo que está en mis manos para que consigas tu libertad pronto.

—¿Eso es todo? —preguntó queriendo huir del lugar.

—¿Quién es? —Kyungsoo frunció las cejas confundido.—Hay alguien.

Kyungsoo se sintió culpable y su cabeza solo podía pensar en Chanyeol. Su rostro apuesto,  su cuerpo musculoso y sus manos largas, las mismas que lo acariciaban cuando dormían o hacían algo más.

—Tengo que irme —Kyungsoo miró el piso evitando la mirada de Baekhyun.

—Solo una última cosa —Kyungsoo esperó. — Hemos sido novios por mucho tiempo, te conozco mejor que tú y sé que debajo de ese dolor me amas todavía. Kyung, podemos salvar lo nuestro, lo sé.

Un conjunto de sentimientos contradictorios hicieron que Kyungsoo saliera huyendo del lugar. Su corazón latió muy rápido, su respiración se agitó y su cabeza era un conjunto de nudos que no le permitían pensar con claridad.

Es que sí era cierto, a Baekhyun muy probablemente lo iba amar toda su vida. Aún con todo lo que pasó y con peores cosas que le hubiera podido hacer Kyungsoo está seguro que lo perdonaría y nunca le desearía nada malo. En realidad le gustó mucho como se miraba el día de hoy, como usaba ese tipo de trajes que siempre quiso usar, perfumes caros y cabello extravagante para ser el centro de atención. Ese era Baekhyun y en todas sus versiones muy probablemente iba a amarlo. 

Cuando Kyungsoo ingresó a la celda. Chanyeol lo esperaba sentado sobre el escritorio con un libro en la mano.

—Esa mirada tuya me dice que fue tu novio.

A Kyungsoo le molestaron sus palabras, Baekhyun le había dicho algo sobre la mirada también ¿A acaso era tan fácil de leer? No podía al menos guardar algo de misterio.

Kyungsoo se quedó parado en la puerta sin saber cómo seguir. 

—¿Era él? —volvió a insistir Chanyeol

—¿Y qué si fue él? —preguntó de regreso.

Chanyeol cerró el libro y lo dejó a un lado, se acercó a él y lo acorraló sobre las rejas. Sus manos le sujetaron e hizo que levantara su rostro. 

—Kyungsoo —le dijo y para el menor ser llamado por su nombre solo significaba una cosa —¿puedo besarte?

Kyungsoo cerró los ojos con fuerza, no está seguro del por qué esta molesto pero hay algo que le incomoda. Cuando abrió los ojos y miró los profundos ojos marrones de Chanyeol tenía una decisión tomada.

—La próxima vez que quieras besarme, no me lo preguntes —Kyungsoo rodeó el cuello de Chanyeol. —Solo bésame, carajo — y así fue, ambos se besaron con nuevo tipo de hambre y necesidad mutua. 

PASILLO 06 CELDA 12 | CHANSOO | FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora