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Al despertarse Kyungsoo fue llevado de inmediato por un guardia. La sala de visitas estaba vacía porque era muy temprano, se adentró y observó a un hombre regordete con lentes. No lo conocía.

—Hola, Doh Kyungsoo —habló animadamente. —. Soy el Abogado Kim. El día lunes salen los resultados de la apelación, si todo es positivo el día martes serás liberado.

La noticia le llegó como baldazo de agua fría.

—Según mis años de experiencia estoy seguro que las noticias serán favorables.

—Gracias —respondió Kyungsoo con una sonrisa.

Cuando se retiró a su celda la sonrisa de Kyungsoo se borró. 

Después de haberlo pensado toda la noche y con la noticia recibida el día de hoy se la hacía injusto para Chanyeol decirle que lo esperara, que estaba seguro que si pasaba tiempo con el más alto podía dejar de amar a Baekhyun por completo. Chanyeol había sido una parte muy importante en su crecimiento como persona y le estaba muy agradecido, aún si no podía amarlo de la misma forma lo encontró como un bonito refugio mientras estuvo allí. 

Lo mejor que se le ocurrió a Kyungsoo fue ignorarlo. Volvió a la rutina de hacer todo solo. Chanyeol lo observaba a la distancia y sus miradas se cruzaron un par de veces.

Kyungsoo pensó en qué debía hacer si salía de prisión, principalmente a qué lugar se iría a vivir porque no quería volver a compartir nada con Baekhyun. Sus padres quedaban descartados, su único amigo era el primo de su ex, no tenía a nadie. Todo el dinero que tenía lo había gastado tratando de sacar a Baekhyun. Aún si conseguía su libertad, los problemas continuaban. Ser pobre era un asco.

Kyungsoo pasó mala noche el sábado y domingo. Cuando el lunes en la mañana sonó la alarma se despertó con mucho pesar. Era el día. Hoy se sabría si continuaría en prisión o sería liberado. Chanyeol se dirigió las duchas y Kyungsoo lo siguió detrás con melancolía, quizá era última vez que lo haría. Chanyeol se metió a bañar y Kyungsoo se colocó a su lado. En el desayuno Kyungsoo se sentó frente él sin decir nada. Chanyeol tampoco hablaba porque sabía que era lo que el menor quería. Tranquilidad.

En el almacén continuaron con su rutina clásica, hicieron el trabajo a la perfección sin dirigirse la palabra. Durante todo el día Kyungsoo lo siguió sin decir nada, Chanyeol ya empezaba a verlo extraño.

Lo que sí sorprendió a Chanyeol en la noche fue encontrar a Kyungsoo sobre su cama en su sitio habitual. 

Sin perder el tiempo se echó a su lado confundido. Kyungsoo se giró con los ojos brillosos. Chanyeol sonrió sorprendido. 

—¿Estás bien? —se atrevió a preguntar.

Kyungsoo negó primero y luego dijo que sí con la cabeza. Sus grandes ojos redondos continuaron brillando. Sabía que algo le estaba ocultado. El menor levantó la mano y acarició el rostro de Chanyeol, este cerró los ojos disfrutando del tacto.

Si era real sobre el destino, Kyungsoo se propuso que perdonaría a Chanyeol y continuarían con lo que sea que tenían ambos siempre y cuando no saliera libre, pero si era liberado, una vez más le dejaba al destino que los reuniera. 

El corazón de Kyungsoo se quebró pensando que no volvería a ver a Chanyeol y en parte anhelo quedarse para siempre a su lado. Quería un tipo de amor bonito al lado de Chanyeol, ser  el centro de todo lo que hiciera, que lo viera con esa sonrisa burlona, presionarle los hoyuelos cada que sonreía y ser abrazado y consolado cada que lo necesitara. Kyungsoo comprendió que quería muchas cosas con Chanyeol, más de lo que él mismo imaginaba. 

Kyungsoo besó a Chanyeol de la manera más tierna que pudo, porque quiso conservar el sabor y los movimientos de los labios de su compañero de celda. Sus grandes manos le acariciaron el cuerpo y Kyungsoo se dejó atrapar por todo el amor que podía darle Chanyeol.

Sus besos empezaron a descender por su cuello y Kyungsoo gimió  queriendo que Chanyeol lo escuchara y fuera consciente que era el único que podía provocarle ese tipo de sentimiento correspondido en ese momento. Chanyeol se posicionó ahorcadas sobre Kyungsoo.

—Te quiero tanto —le susurró en la oreja. 

Kyungsoo ahogó un sollozo. De inmediato se sacó los pantalones necesitando que Chanyeol comprendiera lo que quería. 

Chanyeol se enterró dentro de Kyungsoo mientras sus miradas se conectaban. Los movimientos de Chanyeol fueron lentos y certeros, recorriendo todo  dentro de Kyungsoo. El más bajo lo acompaño con los movimientos de sus caderas y continuaron en un vaivén. Kyungsoo se sintió completo mientras Chanyeol lo tenía presionado contra el colchón y podía ver su rostro sudoroso lleno de completo amor. Ambos se corrieron al unísono. 

Exhaustos, durmieron abrazados hasta el día siguiente.

Una vez más la alarma los despertó. Kyungsoo se levantó primero y alistó ambas toallas para irse a bañar. Chanyeol se levantó y lo cogió por sorpresa abrazándolo por la cintura. Kyungsoo sonrió en respuesta.

—01193 —llamó el guardia haciendo que ambos se apartaran —. Sígueme.

Kyungsoo no quiso seguir, sabía para qué el guardia había ido. 

—Vuelvo —se despidió de Chanyeol con una sonrisa falsa. 

Chanyeol le sonrió tan hermosamente que Kyungsoo se arrepintió de no haber aprovechado los últimos días para al menos recordar mejor los buenos momentos  con su compañero de celda. 

+

Chanyeol se terminó de bañar y se sorprendió que Kyungsoo no hubiera regresado, lo buscó en el comedor, en el patio y en su celda. No estaba por ningún lado. Cuando vio al guardia que se llevó a Kyungsoo se acercó de inmediato para interrogarlo. 

—¿Dónde está mi compañero?

El guardia sonrió sin entender.

—Ya se fue —dijo de manera obvia.

Chanyeol frunció las cejas.

—¿Cómo que se fue?

—Tu compañero fue liberado el día de hoy.

Sintió su corazón dejar latir, pero sabiendo que debía hacer algo más salió corriendo porque debía corroborar la información. Llegó al único teléfono de prisión, solicitó el permiso y  luego ingresó el código de llamada a su abogado. 

—Buenas días, Mr. Park.

Chanyeol estaba agitado, ni siquiera encontraba las palabras correctas para  preguntar.

—Cumplí con lo encomendado, señor —continuó su abogado. 

—¿Qué quieres decir?

—El joven, su compañero de celda. Hice lo que usted me dijo.

Chanyeol quiso tirar al piso el teléfono. Recordó que meses atrás le había pedido a su abogado que siguiera el caso de Kyungsoo de cerca, que si Kyungsoo salía le diera dinero y algunas cosas necesarias que alguien necesitaría si fuera liberado. 

—¡¿Por qué no me dijiste que iba a salir pronto?! —gritó.

—Usted no me llamó durante todo el mes y tengo prohibido visitarlo si no es una emergencia —El abogado mantuvo la calma.

—Esta era una emergencia —susurró para él — ¿Dónde lo dejaste?

—Me pidió que lo dejara en el aeropuerto, quería ir a la isla Jeju.

Sonrió. Al parecer Kyungsoo quería hacer algo más saliendo de allí, conocer un poco más. Recordó las noches en las que hablaban sobre viajar y conocer bonitos lugares. Se llenó de orgullo. 

—No quiso aceptar mi ayuda, pero sabes lo convincente que puedo ser —el abogado continuó.

—Muchas gracias —Chanyeol tenía un nudo en la garganta. 

—Me despido. —Antes de que ambos colgaran el abogado habló. —Antes de que se me olvide, el muchacho le dejó un mensaje. —Chanyeol esperó en silencio. —Dijo que está  anhelando  que el destino se encargue de cruzar sus caminos nuevamente o algo así.

Por segunda vez en toda su estancia en prisión Chanyeol derramó un par de lágrimas, combinadas entre la felicidad y la tristeza de su pequeño Kyungsoo.



Mensaje de la autora: últimos capítulos. 

PASILLO 06 CELDA 12 | CHANSOO | FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora