*30*

7 0 0
                                    


Alex:

Al terminar el vídeo la pantalla mostró un fondo azul con las opciones de reiniciar video y salir. Sin embargo, Eleanor continuaba observando la pantalla, respirando profundamente como si estuviera tratando de calmarse.

- ¿Eleanor...?

- Estoy cansada – Murmuró, levantándose.

Los tres imitamos su acción y Anna me empujó sutilmente para hacer que me acercara. Con pasos lentos, me acerqué a ella, tomando sus manos suavemente para subirlas por su brazo hasta acunar su rostro, acariciándolo, tratando de memorizar la suavidad de su piel.

- Planeaba que al terminar la cinta decirles que se fuera, pero... ahora, me siento estúpida.

- ¿Qué significa eso? – Preguntó Anna, recordándome que no estaba solo con ella, explotando mi burbuja.

- No lo sé. Alex, te amo, en verdad y te pido perdón por haberme comportado así. Pero... Te tomó trabajo alejarla, como si dudaras si hacerlo o no. Tu enojo y tu excitación quería tomar control de ti y eses es un problema ¿Cómo estaré segura que tú sabrás mantener el control de ti mismo con otras mujeres?

- Pero, yo... no hice nada.

- Pero quisiste, eso es algo que no dejaré pasar. Quiero que hables con Oliver, no quiero que lo trates de persuadir, chantajear o manipular, mi hijo es inteligente y su respuesta puede influir en la mía, pero no te garantizo que sea la misma.

No sabía cómo tomar esto, no sabía si estaba considerando dejarme o perdonarme, es decir, no lograba comprender hacia cuál se inclinaba, mejor dicho. Un golpe en mi hombro de parte de Paul me hizo reaccionar, girándome a verlos, esperando una opinión o algo por el estilo.

- Está con Troy ¿Verdad? – Eleanor asintió - ¿Podrías pedirle que lo traiga, por favor? – Eleanor volvió a asentir y tomando su celular, se giró para realizar una llamada.

Comencé a detallar el lugar, las cosas que estaban alrededor de la sala, mi atención se enfocó, sobre todo, en un cuaderno, sin pensarlo lo tomé y lo abrí, al instante, noté la caligrafía y supe que era de Eleanor. Eran poemas, inevitables de leer, mis ojos se deslizaban por cada verso perfectamente escrito, exceptuando las manchas que había en las páginas de gotas, supongo que serían sus lágrimas.

- ¡Oye, no! ¡Deja eso! – Gritó Eleanor arrebatándomelo de las manos.

- Lo siento... son buenos, me imagino el por qué los escribiste. Siento tanto todo lo que hice, pero, a pesar de eso, siempre terminas haciendo arte.

- No debiste leerlos, Troy está por venir con Oliver.

- Estuve mal... es decir, no estuvo bien lo que hice, pero no sé cómo demostrarte que me arrepiento.

- Alex, ninguno de los dos estuvo en lo correcto. Ni tú actuaste bien ese día y yo no debí huir así.

- El más afectado fue Oliver.

- Alex, si quieres demostrarme que estás arrepentido, no me ruegues, ni me supliques, ni nada.

- Pero yo – me interrumpió.

- Hazlo con Oliver. Gánatelo, hazle ver que eres lo suficientemente bueno.

Tocaron la puerta. Anna se dirigió y verificando previamente quien era, abrió la puerta. Entrando Troy y Oliver. Eleanor se acercó hacia Troy para intercambiar unas cuantas palabras, luego de esto se retiró, sin antes fulminarme con la mirada. Les indique con un gesto a Paul y a Anna que se retiraran también.

Enamorada de la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora