Enamorada de la Realeza

*31*

Narrador omnisciente:

Ambos respiraban entrecortadamente, el nerviosismo los dominaba; sobre todo a Eleanor, quien no sabía cómo iniciar, si besarlo ahí, si moverse de lugar. Parecían dos vírgenes a punto de entregarse. O puede que eso sean, Eleanor tuvo su primera vez en una violación, ésta sería su primera vez consensuada como tal y Alex, Alex nunca lo había hecho sintiendo algo tan intenso como lo que sentía por ella, Alex era más carnal y ahora, ahora es el turno de entregar su virgen alma, saber que era hacerlo con delicadeza, con amor, entender por qué algunos le llamaban como tal "hacer el amor".

Eleanor tomó su mano y con pasos torpes, lo arrastró a la habitación, quedando frente a la cama se despojó de su largo y encubridor abrigo y en ese preciso momento, Alex notó su vestimenta, era un pijama, el pantaloncillo le llegaba hasta la mitad del muslo y la camisa, de tirantes delgados, se ceñía a su cuerpo, pero más allá de ello, notó también cicatrices, quemaduras de cigarro y cortes.

La rabia le subió, obligándolo a desviar la vista, el maldito supo hacer marcas donde nadie las vería.

Se subió a la cama y se sentó con las piernas cruzadas, palpando el sitio frente a ella, indicándole a Alex que se sentara frente a ella, el susodicho hizo un par de respiraciones profundas y despojándose de los zapatos, subió a la cama e imitó la posición de Eleanor.

- Yo... no sé qué se supone que debería hacer – Balbuceó la castaña, rascándose con nerviosismo el cuello.

- Bien, no tiene nada de malo eso ¿Quisieras poner velas, música o algo? – Alex se acomodó en su sitio y procuró mostrarse relajado, no ayudaba en nada si se mostraba nervioso ante ella, podría incluso malinterpretar sus gestos. Ella rió, por el nerviosismo más que todo.

- No... lo sentiré más como si fuera un ritual o algo así, no podré concentrarme, quiero que suceda, que fluya y luego veremos qué pasa – Se acomodó un poco y enredó un mechón de su cabello en su dedo, otra manía que tenía cuando estaba nerviosa.

El ambiente comenzaba a tensarse y eso solo los incomodaba más, era una situación en donde querían estar, pero no justamente en el inicio, donde todo siempre es incómodo y molesto.

- Hagamos unas respiraciones ¿Sí? Respiremos profundo y deja ir ese nerviosismo que tienes en cada exhalación... y ten en cuenta, que no soy y nunca seré él, así que – Procuró que su respiración sonara exagerada y con el movimiento de la mano indicaba el momento para inhalar, sostener y exhalar a modo que ella lo imitara. Y así lo hizo. Cerró los ojos y continuaba la respiración.

- No tienes que hacerlo si no te sientes lista aún. Lo sabes ¿Verdad? – Alex dejó de respirar profundo, dedicándose a observarla, continuó respirando como le indicó, la pregunta no le perturbó, quedándose en el aire, por un instante, Alex pensó que se iba a negar a contestarle o que, tal vez le daría la razón y dejaría eso para otro momento.

- Como te dije, si me arrepiento, todo se detendrá y haremos como si nada hubiera pasado – Dio una última respiración profunda – Bien, estoy lista. – Abrió los ojos y sonrió incómoda, pareciendo una mueca en su rostro, frotó las palmas de sus manos en sus piernas, lo miraba, analizando cada parte de él, pudo notar como sus manos temblaban levemente.

- Yo... no sé ¿Debería desvestirme ya? No pensé que el inicio fuera tan complicado – Balbuceó.

- Eleanor... ven aquí – La incitó él a que se acercara un poco más – El sexo es más allá de una penetración constante y ya, puedes comenzar besándome, sabrás el momento en el que tu cuerpo quiera que bese tu rostro, tu cuello y tú me indicaras donde poner mis manos ¿De acuerdo?