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Alex:

Caminaba de un lado a otro esperando que la puerta se abriera, rogaba a cada uno de los dioses existentes y por existir que mi padre no despida a Eleanor ¿Por qué dije eso? ¿Y además, si fuese cien por ciento cierto, por qué no me creen? 

¡Ah, ya sé!

Recuerden que soy el maldito mujeriego de toda Inglaterra ¿Por qué la gente juzga a alguien sin saber el porqué de que la persona sea así? Hasta el punto en el que hacen sufrir, estoy sufriendo, mi madre murió, mi hermano también murió, es posible que pierda a Eleanor ¿Ahora qué más?

Bueno, puede ser que sí esté exagerando, de nuevo.

Probablemente, tomé ese impulso por el simple hecho de que quiero tener sexo con ella.

La puerta se abrió y de ésta salió Eleanor, llorando, haciendo que mi corazón se achicara por la manera en que se veía su sufrimiento, en esos ojos llorosos, se notaba el dolor y pude saber de inmediato la respuesta que mi padre había dado; se detuvo un segundo a verme, y mi dolor creció aún más, sin embargo, ella corrió hacia las escaleras y bajó rápidamente.

Papá estaba esperando a que entrara, estaba notablemente molesto, sentía un gran peso sobre mí, el típico pesar que tienes cuando tus padres te piden explicaciones, dudosamente entré en su oficina. Me senté mientras jugueteaba con mis manos en un intento - muy fallido, para aclarar - de perder mi nerviosismo, sentía la intimidante mirada de mi padre sobre mí, esa que te perfora hasta el alma, haciéndote sentir miserable.

- ¿Cuál es tu problema, Alexander? - Papá solo me llamaba Alexander cuando en verdad estaba molesto, como si no bastara con el sufrimiento de ver a mi amor correr hacia las escaleras. No respondí, sabía lo que me esperaba, un regaño  - ¿Alexander?

- La quiero - Solté de golpe, alcé la vista para encontrarme a mi padre con unos ojos desorbitados y boquiabierto - Papá, esto no lo siento desde lo que pasó con Ashley, en serio - Agregué - No se me aceleraba así el corazón con nadie, pero, desde que Eleanor llegó a mi vida, me estoy volviendo loco. 

- Aun así, sabes que es contra las reglas... 

- ¡Al diablo con las reglas! ¡De todos modos se hicieron para romperse!¡Papá! Por favor déjame amarla, ella es alguien muy importante en mi existencia, la quiero conmigo, no por capricho y tampoco para tener sexo con ella, o al menos, déjame comprobar que no la quiero para sexo porque me estoy confundiendo demasiado 

- Te das cuenta que ni siquiera sabes lo que quieres, Alex. Eleanor no es un juguete que puedes usar para experimentar - me miró, molesto. - Eleanor es una mujer increíble, tal vez, por lo joven que es probablemente se ha dejado llevar, pero tiene una historia detrás que no cualquiera es capaz de soportar ese cargo con ella y tú, hijo mío, no eres capaz de cargar su pasado y apoyarla. Es un diez en su trabajo, pero su vida personal es arena movediza, Alexander. Huirás en cuanto sepas al menos una de todas las cosas que le ha tocado vivir. 

- Quiero hace un trato contigo - Papá asintió, así que proseguí - Dejaré de lado lo que fui y seré alguien mejor, por ella, porque quiero amarla, quiero que ella sea la que reine conmigo. Y sí, aceptaré todo lo que un día dijiste que tendría que hacer.

- Lo lamento, hijo. Eleanor, no. Ella, no - Al escuchar eso una gran opresión se esparcía por todo mi pecho, se supone que el amor no se niega, pero, si eres alguien que esta con bastantes mujeres cada corto plazo, tal vez ahí si se niega, pero ¿Por qué? - Hay otros planes para ti que beneficiarían tu puesto como príncipe y heredero al trono.

Por favor, solo pido otra oportunidad para poder amar, por favor, prometo no fallarle, se lo suplico, amado destino.

- Digas lo que digas, hagas lo que hagas, no lograras que el amor que le tengo deje de existir, porque con algo muy mínimo empezó y la amaré de la misma forma que tú amaste a mamá - Amenacé.

Enamorada de la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora