*11*

88 12 19
                                    

Eleanor:

- Bueno, Lauren, debemos irnos – Dije al percatarme de que nos habíamos ido mucho tiempo.

- ¡Oh! Muy bien, fue un gusto chicos, además, tengo que llegar a mi casa y luego ir a visitar a mis nietos. - Dicho eso, se retiró, despidiéndose con una cálida sonrisa.

- Al fin tiempo a solas con mi novia – Alex alzó su brazo y lo colocó en mi hombro y con la yema de sus dedos – de la otra mano – acariciaba mi mejilla.

- ¡Oh! ¿Tienes novia? ¿Y cuántas son? Porque siempre te encuentras con una y luego con otra – Repliqué molesta, me sentía incomoda, no por el plan, algo no me daba una buena vibra aquí.

- Regresemos al castillo – Seguidamente Alex se levantó de su lugar y salió sin molestarse en esperarme. Uh, quizá me pasé un poco.

Lo perseguí, corriendo, al ver que definitivamente no me iba a esperar.

- ¡Oye! ¿Por qué no me esperaste? – Mascullé molesta por su descortesía. Alex se encogió de hombros indiferente con su mirada fija en el camino.

El frío comenzó a aumentar y mis manos se congelaron al igual que el resto de mi cuerpo, aunque la gruesa tela del suéter me cubría no hacía nada para calentarme; involuntariamente mis dientes chocaban entre sí y mi piel se erizaba constantemente, Alex, al parecer notó mi incomodidad y sacó un par de guantes de la bolsa de su pantalón ¡En serio! ¿Cuántas cosas tendrá ahí? Desgraciadamente me ilusioné muy rápido al creer que Alex me iba a dar sus guantes, porque se colocó uno en su mano izquierda. 

Bufé frustrada y me abracé a mí misma tratando de darme calor. Alex me tomó de la muñeca con un movimiento rápido, se colocó frente a mí, tomó suavemente mi mano derecha y colocó el otro guante en ésta, los mismos "síntomas" aparecieron cuando su piel rozó con la mía: Fuertes sonrojos e inexplicables descargas eléctricas en mi interior.

- ¿Y que hay de mi otra...? – No pude terminar mi pregunta, ya que, Alex entrelazó sus dedos con los míos, como consecuencia, aumentando el sonrojo que me estaba quemando la cara, ahora, hasta el punto de que parecía un tomate, sentía como si mi cara estuviera pegada a un montón de brasas ardientes.

- Ahora estarás más calientita – Susurró en mi oreja y al mismo tiempo depositaba un beso tierno en ésta. Me quedé ahí, atontada. - el calor corporal siempre es el mejor, en todos los sentidos posibles.

La comodidad que sientes con una persona no se da siempre, tiendes a tener odio o amor para con una persona conforme lo vas conociendo, aun así, yo, sin razón alguna, me siento cómoda con Alex, me hace sentir bien su cercanía peligrosamente prohibida, no debería sentirme así ¡por favor! Alex es uno de los hombres más mujeriegos que he conocido en toda mi jodida existencia, quizá por el hecho de que no accedo a acostarme con él se comporta así, claro, primero endúlzale el oído, haz que tenga sexo contigo y luego abandónala como si nada de lo que hayas hecho hubiera pasado.

 ¿Por qué los hombres serán así? ¿Por qué es tan necesario tener sexo con varias mujeres, que para ellos están "buenísimas", para sentirse los más machos del mundo? Alex ha salido en varias noticias, en varios periódicos, siendo protagonista del mismo suceso "El príncipe fue encontrado en un bar teniendo sexo con varias prostitutas al mismo tiempo" "El príncipe fue amenazado por haberse acostado con la esposa de uno de sus guardaespaldas" "El príncipe fue encontrado teniendo relaciones sexuales en un hotel con una de las mucamas" pareciera que hasta los mismos periodistas se aburrieran de ciertas noticias, pues, ya ni pueden fingir esa sorpresa de que el amado príncipe se haya encontrado en actos obscenos, por razones así, no quiero enamorarme de él, no quiero que pase la noticia así como "El príncipe se encontró teniendo sexo con su nueva guardaespaldas" o "Una más se agrega a la lista de las prostitutas del príncipe" gran escándalo que se armaría, ya ni siquiera podría salir a la calle, sin que las personas cuchichearan cualquier estupidez, quizá esa haya sido la desventaja de que tu primer amor te haya quebrado tanto, llegas al punto en el que confundes que una persona te ame con una persona que lo único que quiere es tener sexo.

Enamorada de la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora