capítulo diecisiete.

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❦.

Liam se acercó rápidamente a la Mendes cuando está salió de la oficina. Tenía la vista pegada en el suelo, pensativa.

Marie al sentirlo, levantó la vista rápidamente para mirarlo, encontrándose con aquellos ojos avellanas mirandola atentamente.

—¿Te dijo quién era el propietario...?—inquirió Liam.

Marie tardo unos segundos en responder. Estaba perdida viendo sus ojos, aquellos que ahora estaban en ojos de perro bueno.

—No.—respondió ella.—¿Por qué no mataste a Kiara en el segundo uno?

—Me atacaron.

—Nunca tuviste problemas en dispararle a alguien. A Lily le disparaste a los dos segundos que trato de huir.

Ella no podía creer que estaba haciendo aquello por unos simples palabras que Elijah le dijo. Conociendolo, debería suponer que era todo un plan.

Marie estaba aturdida. Aturdida porque los cables sueltos se estaban uniendo, y Liam era el protagonista.

—Eran muchos...

—A los 10 años ya estabas entrenado por servicio militar. —le recordó la rubia, tensa.—A los 15 años mataste a 20 personas sin problemas.

—Tienes razón. —suspiró. —Me ganaron los nervios. Lo siento.

Marie no respondió, siguió mirándolo. Había algo que no le cerraba. Algo nunca le cerró del todo sobre Liam.

Ella notó como él estaba mirando tras suyo; la puerta. El cuerpo de él se volvió tenso, su mandíbula marchándose aún más lo incrimino.

—Me tengo que ir.—avisó él, volviendo su vista hacía ella.

—¿A dónde?

—Seguir investigando.

Ella no volvió a decir nada, vio como Liam se daba la vuelta y empezaba a caminar en pasos lentos. Está lo siguió con la mirada, tratando de encontrar alguna razón por lo que estaba sintiendo.

¿Por qué siempre se va?

¿Por qué nunca está en peligro?

¿Cómo sabía verdaderamente los pasos de los Pogues y los de ella?

¿Por qué envío gente a matar a JJ?

¿Por qué no mató a los Pogues cuando tuvo la oportunidad?

¿Por qué siempre sospechaba de él?

Liam detuvo sus pasos, y volteó a ver a la Mendes.

—Quédate en la casa, Marie. Ellos están desquiciados.

Él volvió a mirar al frente y volvió a su camino, perdiéndose en un pasillo. Marie esucjsba como cada vez más las pisadas de él se hacían menos visibles, y cuando dejo de esucharlo, vió la puerta de la oficina.

Marie entró con apuro, cerrando la puerta tras ella y se acercó al Elijah que seguia atado allí. Observó cada pared, tensa.

—¿Qué sucede, Marie?—inquirió Elijah, viendo como está agarraba una navaja y se posicionaba tras de él. El mayor podía sentir los nervios de está. —Presiento que descubriste algo.

—¿Por qué dijiste éso sobre Liam al principio?—alegó, Elijah sintió como la punta de la navaja se pocionaba en su espalda.—Te doy la oportunidad a que colabores y te dejaré en paz.

𝐃𝐄𝐋𝐈𝐋𝐀𝐇 - outer banks²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora