Capítulo 12. Profesor poético.

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Kirah Meller

-Y luego ella apareció, salí de ahí, no tenía nada que hacer.

Ambos, Margo y Raymon, se encuentra conmigo en un café, estamos en una de las mesas del fondo para más confidencialidad. Acabo de contarles lo que me pasó hace tres días con mi profesor. Margo tiene cara de sorprendida, Raymon no.

-Ya me lo esperaba -comenta el pelirrojo- ¿Que te sorprende? -le pregunta a la rubia, ambos se han vuelto unos cómplices contra mí, pero no son tan, tan cercanos.

-No me sorprende la confesión, pero sí que fuera ahora, pensaba que sería menos directo y duraría más tiempo -menciona Margo.

-Pues yo noté que sería así desde que vi como la miraba.

-Okey, ahora lo importante es ¿Te gusta?

-¿Cómo no le va a gustar?

Los dos me miran expectantes a mi respuesta.

La verdad, quiero decir que no, es mi maestro, es mayor que yo, bueno me lleva cinco o seis años. Pero no lo sé, siento que al decir que no, miento. Su forma de ser conmigo y su clara declaración más su físico les suman unos buenos puntos, así que soy sincera.

-No lo sé -pronuncio como ¿Pregunta?

Esta vez ambos se quedan pasmados. Nuestros cafés ya fríos.

-¿Que no sabes? -pregunta Raymon con incredulidad.

-Okey, siento que necesitas tiempo, para procesar todo -hace gesto con las manos- esto.

-¿Que tiene que procesar? ¿Que le gusta a su profesor? -él chico se lleva de la emoción, parándose y empujando la silla.

Le hago señas con las manos, avergonzada para que se siente, la gente había volteado sus miradas hacia él.

-Ya, perdón, perdón -vuelve a tomar asiento- pero, no entiendo que tienes que pensar -se cruza de brazos.

-Él tiene algo de razón -dice mi mejor amiga a la cual fulmino con la mirada.

-Claro que no, necesitan entender, Martín me dejó muy destrozada y lo sabes bien, yo no quiero empezar algo que acabe peor.

-Kirah, si no te arriesgas, no ganas. Es la pura verdad -dice Raymon.

-Okey, pero necesito tiempo -concluyo.

. . .

El domingo, luego de contarles todo a los chicos me sentía más liviana. Ya era lunes y estaba al pendiente de que mi primera clase era matemáticas y física inicial, tendría a Raymon acompañándome, pero algo me decía que pasaría alguna situación.

Intuición de mujer nunca falla.

Pero no podía faltar a su clase, baje del carro de Margo.

-Recuerda, es tu decisión. -me grito la muy descarada.

-Si -dije bajito, ella río, separándonos.

Me encontré con el pelirrojo, entramos al salón de clases.

-Buenos días, buen día profesor.

-Buen día, Kirah.

Dijo ¿Me había llamado por mi nombre?

Sí, lo hizo.

Nuestras miradas se conectan, sintiendo mi cuerpo electrizarsé con su verde mirada. La desvío continuando mi camino hacia mi lugar junto a Raymon, el cual se ha mantenido callado, expectante a todo.

-Hoy les entregaré su práctica y el resto de la clase será para responder preguntas, en dado caso no tengan preguntas, pueden empezar a llenarla -dice al pararse de su asiento.

Toma las prácticas de su escritorio, veo como sus músculos se tensan y eso hace que me muerda un poco el interior de la mejilla. Sube por el auditorio y va entregándole al primero de la fila el número de practicas por personas en el renglón. Al llegar nuestro turno y ser la primera del reglón, él me mira, toma la catidad exacta de prácticas, la primera se ve más abultada.

-La primera es suya Meller -me comunica.

Un pequeño roce me deja sin aliento, pero está vez no dejó caer nada. Pongo las prácticas sobre mi lado de mesa, tomando la primera y entregando las demás.

Abro la mía y en medio de dos páginas hay un sobre bien escondido. Raymon que siempre anda pendiente, se da cuenta y me pregunta:

-¿Que es?

-No se.

-¿Que esperas?

-No la puedo abrir aquí -puntualizo.

-Pide permiso al baño, es práctica no examen.

El profesor estaba a punto de bajar las gradas del auditorio, cuando le llamé.

-¿Si? Meller -su mirada vibrante recibiéndome.

-Necesito... Em... -su mirada tan intensa me paralizaba.

-¿Que necesita? -dijo enarcando una ceja.

-Ir al baño, si, eso.

Que vergüenza.

-Vaya.

Me levanté y salí corriendo del salón, menuda vergüenza había pasado.

Abrí el sobre que había guardado en el bolsillo de mi overol. Habia una nota, con la letra corrida de nuestro profesor.

«Kirah

Me gusta tu risa y si soy el causante se vuelve mi favorita.

Me gusta tu sonrojo, no es normal pero yo lo adoro.

Mi corazón se arroja, se arroja a un lago de incertidumbre en que un futuro incierto me saluda.

Pero por ti soy un soldado caído, me he rendido, no lucharé más por desmentir lo que siento. Pero sí por ti y por mí, por nosotros.

Déjame mostrarte que juntos somos mejor, si me das la oportunidad yo seré todo tuyo».

Keller.









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¿Que les pareció? Ahora se viene lo chido!!!

¿A quien le gustó el poema y quiere que un Keller le escriba uno así? Levante la mano, soy la primera. 🙋‍♀️🖐️

Esperen el próximo cap. Jijiji. Perdón.

Los quiero mucho mis fueguitos. 🔥

Gracias por el apoyo, me gusta leer sus comentarios, así que si quieres anímate y dejame uno. Si no, tu voto me apoya un montón!!!✨💥

Besitos de fuego. 🔥💋




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