Capítulo 19. Prediéndose en fuego.

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Kirah Meller

Me había contado su pasado, se había abierto a mí.

Había sufrido demasiado y como mi abuela siempre dice: «Las mejores personas son las que más sufren». No quería hacerlo sufrir nunca, todos esos problemas habían acarreado su ansiedad, por eso había sabido ayudarme con mi ataque.

-Gracias -fueron mis palabras.

-Cielo, te merecías esa explicación, no tienes nada que agradecer. Perdón por no abrirme antes.

Acune su mejilla: -No, amor, cada persona tiene sus tiempos, no te culpes. Aprecio que esté hay sido el tuyo.

Él me miró como si una segunda cabeza me acabará de emerger.

-¿Cómo me has llamado?

Ahí caí en cuenta.

-No se... -mi pequeño momento de valentía se había esfumado.

-Cielo, repítelo.

-¿Amor?

-¿Podrías decirlo sin el tono de pregunta?

-Amor -repetí.

Nos miramos otra vez, pero está vez sonriendo.

. . .

Nos dirigíamos a su apartamento como los planes originales del día. Su mano en mi muslo dando leves caricias era lo mejor del mundo, escuchábamos la música en un silencio cómodo, que me permitía observarlo con detalle. La verdad que mi novio era hermoso. Pero no solo de físico, con su pelo rubio, revuelto en esta ocasión, su gran espalda y sus músculos. Sino que era una alma preciosa, bondadoso y que a pesar de tener mala experiencia en el amor no dudó en abrime su corazón.

-Cielo, llegamos.

-¿Ah?

-Que llegamos, ¿en qué pensabas tanto? -me saco de mis pensamientos.

Hice una pausa respondiendo: -En todo lo que has pasado, pero aún así has abierto tu corazón, permitiéndome ver lo que hay dentro y disfrutar de una alma preciosa.

Con cada palabra apretaba de manera tierna más mi muslo. Quedó en silencio un momento observándome, al parecer mis ojos eran su universo uno que iba a continuar explorando.

-Subamos -dijo, yo estuve de acuerdo.

Entramos al edificio, por estar tan concentrada, no me había fijado que estábamos en una comunidad de edificios de lujo ¿Desde cuándo mi novio tenía tanto dinero? Pero no dije nada, no era una interesada y menos quería hacerlo sentir incómodo.

Cuando llegamos a su piso, abrió la puerta y entonces ví el apartamento más grande y hermoso que jamás haya visto, era elegante, sofisticado ademas de moderno, casi tan hermoso como él. No quería mostrar mi impresión, aunque creo que era muy mala fingiendo, porque veía una casi risa en su cara.

-¿Quieres tomar algo? Me imagino que tienes la suficiente edad para tomar ¿no?

Me reí.

-No lo sé profesor, ¿veintiún años es suficiente?

-Yo diría que para eso y muchas cosas más, tienes la edad suficiente.

-Muéstreme para que cosas, profesor -dije con voz melosa.

-Ven -dijo sentándose en el mueble dejando la copa de vino que había tomado hace un rato.

Me acerqué caminando poco a poco, bruscamente me tomo de la cadera con ambas manos, colocándome sobre su pelvis a horcajadas.

Cuando iba a juntar nuestros labios me sostuvo con levedad de la nuca, separándonos lo suficiente para mirarnos a los ojos. Veía pura oscuridad, deseo y unas ganas inmensas de lo mismo que yo quería.

-Antes...

Tomo su copa de vino, haciéndome hacia atrás y derramó un poco en mi cuello, sentí como las gotas del vino a temperatura bajaban por mi cuerpo, poniéndome aún más en ambiente, antes de que llegaran a mis pechos sentí un lametazo más algunos besos, su aliento caliente contrastaban con el clima frio del aire encendido.

Un pequeño jadeo salió de mí por las sensaciones, empezé un pequeño vaivén dándonos lo que queríamos a ambos, sacándole un bajo gruñido. La ropa ya no era de mucha ayuda, levanté mis brazos, al instante comprendió lo que deseaba ya que me ayudó a retirar mi blusa de escote.

Volvió a dejar caer vino sobre mí, está vez dejando que llegará más abajo, volviendo a lamer, otro suspiro más fuerte salió de mí, nuestras respiraciones descontroladas por la ocasión. Retiro el sujetador con un poco de torpeza y permitió que el vino cayera aún más abajo, lamiendo las gotas despacio.

-Quiero probarlo de tus labios -menciono en voz queda, estaba tan excitado como yo.

Tendiéndome la copa a la cual le quedaba algo de la bebida, dí un trago y dejando algo de ella en mi boca, lo bese. Su lengua le hizo compañía a la mía empapándose del vino de mi boca. Mis manos ancladas a sus hombros, preparada para más y el momento prendiéndose en fuego.










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¿Qué tal el capítulo? Espero les haya gustado!!!

Ha está historia le falta candela por pasar, así que calma.

¿Cómo va su semana? La mía ajetreada la verdad, espero que las suya vaya mejor.

¿Ya vieron la nueva historia? Espero que sí.

Los quiero muchoooo!!!! Ya estoy respondiendo dm's asi qué si me quieren escribir estoy disponible.

Besitos de fuego. 🔥💋




Hoy tengo clasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora