Capítulo 23. Cenas y propuestas.

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Kirah Meller

—Entonces... Eres el novio de mi hija.

La mano de mi padre apretaba la de Keller de una forma un poco brusca. Pero sabía que solo era una mascara de padre celoso que se ponía en este tipo de situaciones. Menos con Martín, ese nunca le había agradado.

—Un gusto Meller.

—Quisiera decir lo mismo.

—¡Papá! —reclame ante su falta de amabilidad.

—Hijo, yo no te enseñé esos modales —menciona la abuela.

—Mi casa, mis reglas.

—A los mayores se les respeta —contraataca mi Abu.

Luego de unas pequeñas miradas, parecen llegar a algún tipo de acuerdo silencio.

La comida huele muy bien, estando todo listo, nos sentamos unos frente a otros en la mesa de seis personas. Me duele saber que uno de esos lugares pudiera estar ocupado por una figura muy ausente en mi vida, pero intento no pensar en eso.

La comida va de forma amena, conversando sobre el trabajo de mi novio y mis estudios. Hasta que mi abuela hace la siguiente pregunta:

—¿Donde se conocieron?

Se hace un pequeño silencio y mi profesor me observa, asiento para que continúe.

—Nos conocimos en la universidad, ella era mi alumna, lo sigue siendo, pero ahora es mucho más que eso. Es mi Cielo.

Mi padre abre la boca y mi abuela hace que la cierre.

—Así se hace mi nietecilla —se estrecha la abuela en la mesa para acercarse más a mí, a pesar de que el secreto se ha escuchado.

—Bueno... —Intenta decir papá, pero es interrumpido.

—Son adultos Daniel —le dice— deben tomar sus propias decisiones, ¿Pueden ser juzgados? Sí. Pero no por parte de nosotros, eso no cambia ninguno de sus principios. Además tú padre era mi jefe y todo nos salió muy bien.

—¿¡Que!? —digo algo sorprendida pero con risa en mi tono.

—Sí, lo llevas en la sangre.

Keller se empieza a reír un poco, mientras yo ya lo hacía. Todos nos siguen y la comida continua en un ambiente familiar.

. . .

Han pasado varios días después de la comida, luego de eso Keller a actuado un poco raro y nervioso a mi alrededor. No sé en específico por qué, he intentado preguntar pero siempre desvía el tema.

Me ha dicho por mensaje que debemos hablar después de clases, así que lo esperaré al terminar.

La clase comienza y todo transcurre con normalidad, Miranda ha estado tranquila, bajo perfil últimamente, pero no pienso que me afecte su actitud de que algo trama. Disfrutaré mí relación sin fijarme en su existencia.

Todos salen del aula incluyendo a mis amigos. Que guiñan sus ojos para mí desde lejos. Aunque se que entre ambos se traen algo. Me acerco a su escritorio, sabiendo que no se encuentra un alma en el auditorio, tomando asiento en la mesa de este.

—No te sientes ahí —comenta con voz grave.

—¿Por qué Amor? —digo sin saber a qué se refiere.

—Porque si no, ni las palabras mas dulces que salgan de tu boca evitarán que te haga más mía en ese escritorio.

Aunque la idea no me desagrada me bajo ya que se que el tema que quiere tratar es importante. Mientras sonrió, me agarra de la mano para acercarme, haciendo esto toma mi cintura, se apoya en la mesa, colocándome entre sus grandes piernas.

—He estado pensando algo, Kirah, verte junto a tu familia, presentándome y mostrándome otro lado de tí me ha convencido. Se que quizás sea muy pronto o pienses que es apresurado.

Hace una pequeña pausa y culmina.

»Quiero que vivamos juntos.

Sus palabras calan hondo en mí, vivir con Keller, mi profesor y sobretodo mi novio podría ser arriesgado, pero lo amo y el tiempo que hemos pasado juntos no se siente como un par de meses, parecen años que se convertirán en más tiempo, porque en mis planes no está dejar a este hombre.

—¿Que opinas?

Dice luego del silencio en el que he estado pensando y él no ha interrumpido.

—Puedes decorar el apartamento como quieras, no tengo problemas con los colores, hasta si quieres poner rosa en los muebles...

Lo interrumpo estampando mis labios contra los suyos, de forma que el no tiene mas remedio que callar. Mi novio sigue mi pequeño juego entrando su lengua en mi boca. Cuando necesito aire me separo con lentitud y uno nuestras frentes para responder:

—Amor, sí, una y mil veces sí. Viviría y compartiría mi mundo contigo, todo el tiempo posible.

—Yo haré lo mismo. Si me lo permites.

—Lo tienes muy permitido.

—Ven acá.

Susurra y vuelve a juntar nuestras bocas, en un beso que sella nuestro hermoso pacto.









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¿Que les parece el capítulo de hoy?

Actualización nocturna y tardía. Una disculpa y gracias por la espera.

Este capítulo estuvo entre gracioso y muy empalagoso. A mí me encantó.

Dejen aquí ¿Que piensan que pasará?

Seguiremos tranquis o ¿Vendrá el caos? Comenten que opinan.

Los quieroooo muchoooo. Y gracias por el apoyo!!!

Besitos de fuego. 🔥💋

Hoy tengo clasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora