Keller Foxter
La miró desde el auto por el ventanal de la cafetería, le había propuesto ir con ella, prefirió que me quedara en el auto, pero que no me fuera. No pensaba hacerlo, si me pedía que me largará daría una vuelta en el auto y cuando no se diera cuenta me parquearía en otro lugar donde fuera igual de visible en mi periferia. No la dejaría enfrentar esto sola. Nunca.
Kirah, mi cielo, mi amor, siempre sería la mujer de todas mis vidas.
Una mujer se encontraba sentada en la parte frontal del café, Kirah se sentó frente a ella, la señora se ve muy consternada. Cómo si quisiera decir mucho pero existieran pocas palabras para hacerlo.
Mi novia intenta mantener la compostura.
Comienzan a hablar, la señora está comentando algo con la vista nublada, sus ademanes cuentan su impotencia, veo como mi cielo intenta seguir tranquila hasta que la mujer dice algo que la paraliza. Las lágrimas saltan de sus ojos mientras la escucha. Quiero entrar pero algo me paraliza, como si el momento fuera algo que Kirah necesita para superar a su madre.
La mujer habla más y más, siento que agobiara a Kirah pero ella se mantiene fuerte.
Esa es mi chica.
Kirah Meller
Subo al auto, el silencio reina en mí.
Mi madre acaba de contarme todo. Por qué fue a la cárcel. Por qué padre me nunca me habló de ella. Por qué me trató así. Me ha pedido perdón lo que más necesitaba para cerrar esos ciclos.
Ella y papá se metieron con la gente equivocada, intentaron desligarse de todo pero mamá prefiero quedarse atrapada a cambio de nosotros, deber dinero siempre fue duro, por eso cuando algo salio mal la ligaron y termino encerrada para protegernos a papá y a mí. Ella sabía que algo saldría mal así que intento que lo poco que conocía de ella no me gustará, no me encariñara.
Era tan pequeña y ella tan fuerte. Todo esto me ha dejado sin palabras y con un trago amargo. Me ha pedido un café y no he podido tocarlo, ella tampoco lo ha hecho con el suyo.
¿Seguiremos en contacto? Todavía no lo sé. Pero me ha pedido una oportunidad y quiero dársela.
Una mano se acerca y me acaricia la mejilla para apartar algo de ella, al parecer he empezado a llorar y ni cuenta me he dado. Keller mueve su pulgar por mi mejilla.
—Cielo, estoy aquí, estamos juntos ¿Okey?
Lo miro, mientras me acerco, sí tengo las emociones revoloteadas pero estoy segura de algo, lo amo. Por todo lo que es por todo lo que me hace ser. Así que lo beso. De forma pausada, recordándole todo lo que lo amo y todo lo que es para mí.
Unos meses después...
Mi novio queria enseñarme un lugar, llevábamos una hora conduciendo y no sabía a donde rayos iríamos. Todo era carretera y bosque. Parquea en un lugar apartado y saliendo del auto agarra mi mano.
Un muelle se vislumbra luego de cinco minutos, el cielo se pinta con colores del arcoiris, nunca lo había visto así. Me acerco al muelle observando todo a mí alrededor. Cuando me volteo para preguntarle algo a Keller el está arrodillado a mi espalda...
¿Que está pasando?
Me tapo la boca con ambas manos, me fijó que el anillo no viene en una caja aterciopelada, no tiene diamante de compromiso...
—Es de promesa —pronuncia.
»Kirah Meller, prometo amarte, acerté la mujer más feliz durante el tiempo que me lo permitas, siempre que estés de acuerdo te haré el amor sobre la cama de nuestro apartamento, siempre te prepararé el desayuno y esperaré que llegues de tus clases para amarte, mimarte y adorarte.
»Solo si me lo permites, Cielo.
Él sigue sosteniendo el anillo entre sus dedos y yo estoy que me muero. Sí. Esa es mi respuesta.
Él levanta una ceja, al parecer no lo he dicho en voz alta.
Los nervios ¿Cómo no tenerlos con este hombre?
—Amor, sí.
Le extiendo mi mano, el coloca el anillo sobre mí dedo, parándose me acerca por lo cintura y nos besamos, nos besamos con ternura, luego con deseo y por último me da un pequeño pico antes de empezar a desnudarnos para darnos amor en ese mismo muelle, junto al cielo colorido y una promesa, una que nunca se romperá.
Fin.
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Hoy tengo clases
RomanceCuando a Kirah su pareja, con la cual lleva cuatro años, la termina, ella decide que quiere amoldarse al sofá de su casa y comer helado hasta estallar, pero por casualidad de la vida conoce a Keller un joven rubio que con su corta edad a conseguido...