What is Love | tom kaulitz.

06: Voy a Conseguir Tenerte

ABBY

Habían algunas cosas que me molestaban en general, como la gente que echaba primero la leche y después el cereal, las personas falsas e hipócritas, la traición o los que se creían con el derecho de maltratar a los animales. Ya saben, pequeños detalles que le tocan los ovarios a una.

Sin embargo, Tom Kaulitz me estaba demostrando un nuevo tipo de odio. Ese que te hace replantearte acabar con toda tu paciencia y desencadenar un sin fin de consecuencias de las que después te vas a arrepentir. Ese es un problema, porque había despertado en mi interior y no era buena señal.

Ante su confesión, mis orbes parecen abrirse en demasía, mi cabeza maquina y no dejo de repetirme que fue muy mala idea cruzarme en el camino de este chico. No tendría ni que haber entrado en ese exclusivo ni el miércoles pasado ni en aquel club el anterior domingo.

—Repite eso —Exijo, deseando que no lo haga, pues tendré que replantearme el cometer un crimen en mi sala de ensayos favorita.

—Cálmate, ve el lado bueno —Se cruza de brazos y no abandona su postura relajada, como si me estuviese contanto la cosa más normal del mundo.

—Estoy esperando que nombres algún aspecto positivo —Ironizo después de unos segundos, comenzando a contar ovejitas en mi cabeza para no perder el control.

—Te has acostado conmigo, supuestamente —Al decir aquello, no llego ni a la cuarta oveja, cuando ya estoy tomando en puño su camiseta ancha.

Al acercarme, su aroma varonil me idiotiza por unos minúsculos segundos, pero recobro la compostura y lo observo desafiante. Su rostro refleja sorpresa, pero no deja su expresión de indiferencia y diversión por mi arrebato.

—¡Deja las estupideces ya! —Vocifero, aunque no lo suficientemente alto como para que me escuche toda la planta— No tenías ningún derecho a mentir sobre mí ni ponerme en esa situación —Aprieto más su prenda con mis manos, y veo un atísbo de remordimiento en sus ojos— ¿Te crees chistoso por andar difamando a miles de personas que fui una más de las chicas con las que te acuestas?

Cuando aclaro lo último, sus manos se aferran a mi cintura con determinación y ese gesto nos aproxima más el uno contra el otro. Su rostro está serio y veo como se mueve su nuez de Adán cuando pasa saliva con fuerza por su garganta.

—Tu rostro ni siquiera se apreciaba en ese video, Abigail, así que yo no he difamado a nadie —La voz gruesa que sale de sus labios suena determinada, y por un segundo su aliento mentolado me golpea la nariz— No hubiese aclarado que hemos tenido sexo si pudiesen reconocerte, aunque te lo merecieras por tu comportamiento.

No me dí cuenta cuando comenzamos a retroceder hasta que mi espalda se chocó sutilmente contra la puerta del estudio. Me tenía acorralada, y eso no era bueno.

—Me da lo mismo, las personas que estábamos allí creo que recordarán ese día y estoy segura de que reconocen perfectamente a la chica que te golpeo —Le recuerdo, aunque en verdad me estaba enfureciendo el hecho de que le diera igual mentir como si nada— Grábate esto: entre tu y yo no pasó ni pasará eso —Le aclaro, volviendo a mi realidad y sosteniendo su mirada con la misma seguridad que él lo hacía— Y quiero que te lo metas en la cabeza para la próxima que intentes insinuar semejante estupidez.

Solo se ríe de forma sutil, aunque su pecho vibra como si de verdad le hiciese gracia la situación.

Enserio es un maldito cabrón que me saca de mis casillas.

—No hagas predicciones de ese estilo, ¿no sabes que el futuro es incierto? —Pregunta con sarcásmo, mientras una de sus manos abandona mi cintura para apoyarla en la puerta detrás de mí, a la altura de mi cabeza. Sonríe de boca cerrada.