29: Confesiones Públicas

4K 244 495
                                    












ABBY







Bill y Jane se marchan con la excusa de que nos esperarán en el coche, aunque ni se molestaron en sonar creíbles. En estos momentos, no me podía centrar en otra cosa que no fuera Tom, mirándome de arriba a abajo esperando la última reacción.

La mía.

Y no lo pienso ni una sola vez cuando me aseguro de que nuestros acompañantes se han marchado de la tienda hasta el coche.

Me acerco con cautela, pegando los brazos a mi baja espalda y entrelazando mis muñecas entre sí cuando lo miro con destreza.

—¿Estás babeando, Nadia? —Pregunta con diversión, mientras mis manos inconcscientemente ascienden por sus hombros hasta dejar una apoyada allí y la otra tomar varias de sus pequeñas trenzas.

—Puede ser... —Murmuro, ahora soltando los mechones poco a poco y tomando su mejilla— ¿Te dije alguna vez lo guapo que eres?

Suelta una risa nasal, mientras me toma de la cintura con delicadeza —No. Supongo que tu orgullo inquebrantable nunca te lo permitió.

Touché —Respondo, sonriendo y acercando mis labios a los suyos— Creo que me voy a acostumbrar a tu nuevo estilo.

—Y yo a tus labios, aunque no a lo que me hacen sentir —Cesa el espacio que queda, hasta unir nuestras bocas en un beso magnífico.

Siempre que besaba a Tom era una sensación nueva. Ésta vez, sentí un montón de cosquillas, pero no en el estómago, sino en un lugar más temido para mi. En el corazón.

Sus manos firmes sujetándome como si en cualquier momento estuviese a punto de flotar, me devolvían a una realidad que era más una puta fantasía. Mis labios y los suyos se acoplaban como uno solo a medida que el beso se intensificaba, limitando la línea en la que solemos parar por si nos pasamos. Pero esa raya se tornó borrosa cuando sentí como me abrazó contra él, haciéndome sentir querida de un modo que creí imposible.

Nos separamos, tomando una bocanada de aire y sonriéndonos con complicidad cuando nos percatamos de la presencia sonrojada de la peluquera a unos metros de nosotros.

—Lo siento, no quería interrumpir.

—No te preocupes —Digo yo, separándome algo apenada, aunque Tom decide tomarme de la mano y entrelazar nuestros dedos.

La joven chica asintió y le explicó a Tom unas indicaciones para mantener su nuevo peinado. Bill nos manda un mensaje de que ya habían algunos paparazzi fuera, rodeando el Jeep y en la entrada esperando a que salga Tom.

Es entonces cuando ambos nos disponemos a salir, pero él nos frena en un instante, sacando a la vez su móvil del bolsillo.

—¿Qué pasa? —Pregunto curiosa, mientras Tom abre la cámara de su celular.

—Quiero que la primera foto que me haga con mi cambio de look sea contigo —Casi me caigo de culo, sonriendo estúpidamente y queriendo volver a besarlo como antes.

Podía parecer una tontería, pero a mi me causó ternura e ilusión cuando nos enfocó a ambos en su pantalla. Él apoyando su brazo alrededor de mis hombros y yo haciendo lo mismo con su cintura, juntándonos más.

La primera foto salimos sonriendo a la cámara, pero después me olvido de todo y la siguiente salimos exactamente igual, a excepción de mí. Yo lo miraba a Tom, saliendo de perfil en la foto, pero posando mis ojos en el chico que me traía loca perdida.

—Quiero verlas —Emocionada, tomo su móvil como una niña pequeña y me meto en la galería de fotografías.

Ahí fue que me di cuenta de que estaba perdida, pues en la última imagen miraba a Tom como si estuviese... Como si...

What is Love | tom kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora