14: Regalo Atrasado

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ABBY

El resto del día pasó volando, entre anecdotas chistosas de Bill, chistes malos de Gustav, comentarios subidos de tono de Geprg y más historias de parte de mis chicas. Tom y yo nos lanzabamos miradas sugestivas de vez en cuando sin que nadie se percatara.

—¿Dónde iremos a cenar? —Pregunta Bill, frotándose las palmas de sus manos con entusiasmo.

—Pizza —Responde Tom.

—He dicho "donde", no "que", maldito glotón —Le reprende con burla, mientras el resto observa la disputa entre hermanos.

—Si digo pizza, se entiende por pizzeria —Añade con simpleza.

—Silencio —Sisea, alzando la palma en su dirección para que se calle.

Comenzamos a debatir entre todos el lugar donde cenaríamos con tranquilidad. Mi vista está de lado derecho, en dirección a Bill, mientras que Tom está apoyando su codo como soporte para su cabeza detrás de mí de lado.

—Pues vamos a la hamburgueseria de en frente —Señala Jane.

—¿Ahí venden pizza? —Escucho que pregunta Tom a mi espalda.

Los dedos de sus pies se deslizan por mi pantorrilla de arriba hacia abajo lentamente. Intento disimular mi nerviosismo repentino delante de Bill, aunque él esté más enfocado en el debate de la comida. Sacudo mi pierna, en señal de que se detenga, aunque solo oigo una leve risa de su parte.

—Yo también quiero pizza —Añade Skyler y veo de reojo como Tom le extiende su mano para que se la choque.

—Ahí también venden benditas pizzas —Comenta frustrado Georg.

No se cuantas veces he oído la palabra "pizza" hoy.

Doy un respringo involuntario cuando Tom comienza a dibujar círculos con sus dedos por mi espalda, haciéndome cosquillas. No sé si lo hemos hecho muy obvio, pero he notado como Jane comenzaba a mirarme con diversión, así que decido voltearme quedando boca arriba. Cesando su tortuosa caricia.

—Entonces vámonos ya, que dentro de poco comenzará a oscurecer y a hacer frío —Habla Hanna, aunque yo solo miro hacia el cielo buscando mi estabilidad emocional o un mensaje de Dios que me de mucha fuerza de voluntad para no abalanzarme encima del chico con rastas.

La rubia había cambiado su tono de voz a uno más brusco, pero creo que se debía a que no pudo subirse en el jetski con Tom, como había previsto. Sinceramente yo tampoco pretendía subirme con él, pero quería aprovechar y no esperar una hora a que se desocupara otra moto.

Pero se puso de más mal humor cuando le pidió a Tom si se subían juntos y éste le rechazó diciendo que ya estaba cansado. Decidió morderse la lengua, aunque estoy casi segura de que me hablará más adelante por robarle su turno. Ni que fuera mi culpa que ella tardase medio año en encontrar un baño, pero tampoco iba a pelearme con ella por esa tontería, así que decidí ser pacífica y responder con amabilidad para cuando esa charla sucediese.

Nos pasamos un rato más allí, metiéndonos al mar con Rayco y ahogándonos mutuamente hasta que la noche empezó a caer. Me seco lo mejor que puedo y me vuelvo a poner el vestido, aunque el viento no hace más que rugir y ponerme la piel chinita.

Maldigo el no haber traído una hoodie calentita para evitarme el frío.

—¿Querrías mi camiseta? —La voz de Georg llega a mis oídos, girándome al instante.

Se ve que no pasa por alto nadie los espasmos y los escalofríos que tenía por culpa del clima.

—Está seca —Agrega, enseñándomela.

What is Love | tom kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora