37: Te Amo

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NARRADOR OMNIPRESENTE






El hombre canoso tomó el teléfono público del centro penitenciario donde se hallaba retenido. El traje gris opaco que utilizaba le daba un aspecto sucio y demacrado, igual que a los otros presos que esperaban su turno en la cola tras él para poder hablar con sus familiares. A diferencia del señor, que solo desprendía odio y furia por donde se le permitiese.

—¿Aló? —Para su sorpresa, responde al teléfono.

—¡Maldito hijo de perra! ¡Me dijiste que no acabaría detenido! —Exclamó con furia el tipo, azotando su puño contra la pared del costado— Pues adivina desde donde te estoy llamando, socio mío.

No pudo evitar la ironía molesta que salió de sus labios cuando se dirigió a él.

—No es problema mío que te dejaras atrapar —Respondió sin más y con simpleza, oyendo incluso como exhalaba hacia afuera seguramente el humo de un cigarrillo.

No le extrañaba su actitud calmada, pero si lograba que sus oídos desprendieran humo.

—¡Una mierda! Esto lo arreglas ahora porque no me comeré ni un mes encerrado aquí por asesinar al novio de tu hija —Expresa, relinchando los dientes y deseando dispararle esta vez a su propio amigo.

—¿Te tengo que recordar que fallaste? —Thiago cambió su tono ahora por uno más alto— Sigue vivo y sano. Lo único que hiciste fue darle al otro idiota que se te cruzó en medio.

—Eso pensé yo también, pero al entrar aquí fíjate que solo puedo entretenerme mirando la televisión —Comienza a explicar el hombre, recostándose sobre el telefonillo y haciéndole señas a los de atrás que la conversación iba para largo— Admito que no me sorprende que seas tan desatendido con tu hija que hasta ni sepas quien es tu verdadero yerno.

—No entiendo a qué te estás refiriendo, idiota.

—Pues que su novio es el guitarrista de la estúpida banda, no el cantante como me dijiste —La línea quedó en silencio por unos segundos, donde Gael aprovechó para meter otra moneda por si se agotaba el tiempo.

Estaba seguro de que, si se colgaba la llamada y volvía a intentar contactar con Thiago, éste no le respondería.

—Son los dos iguales, ¿qué esperabas? —Escupe, pero sonaba más alegre que antes— Pero parece ser que diste en el blanco a final de cuentas.

—Y justo por eso vas a sacarme de aquí —Exige Gael, en tono autoritario, sin aguantarse las ganas por asesinarlo al involucrarlo en sus mierdas.

—¿Quién eres tú para exigirme nada? —Masculló fastidiado.

—Cumplí con mi palabra y me deshice de tu problema. Tú cumple con la tuya y sácame de aquí.

Gael pudo escuchar la risa de su amigo, o no tan amigo, desde la línea:

—No puedo sacarte de la cárcel por arte de magia después de disparar a un joven que, encima, tiene tanto apoyo mediático. Hablas puras idioteces.

—Te recuerdo que fuiste tú el que me mandó asesinarlo como represalia contra tu propia sangre —La línea delgada que los diferencias entre amigos y socios se estaba tornando borrosa.

Eso Gael lo notó desde el minuto uno que entró en la cárcel hace poco menos de un mes a espera de juicio por lo que hizo. Ni una llamada, ni una visita, ni un abogado. Nada obtuvo del que decía ser su hermano, ningún tipo de ayuda por su parte.

Es por esa razón que estaba haciendo lo que estaba haciendo, porque sabía que Thiago se había olvidado por completo de su amistad tan pronto fue arrestado, igual que a él se le olvidó al estar vendiéndolo de esa forma para buscarse la vida.

What is Love | tom kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora