25: Me Gustas

5K 253 193
                                    










ABBY








El miércoles ya llegó, y con ello, el cumpleaños de los gemelos Kaulitz. Fui a ensayar, quedándome de piedra cuando Inhoa me reclamó con preocupación por mi falta de asistencia el martes. No sabía como explicarle el motivo, sin mencionar la verdadera razón, así que solo fingí que me encontraba fatal. Quedé peor, pues lógicamente le pareció extraño que Tom tampoco haya asistido a nuestro ensayo grupal en el teatro. No me dijo nada más, solo la invité a tomar algo al terminar, a lo cual ella accedió.

—No hacía falta, ya mencioné que no ocurría nada si faltaste por una dolencia —Ambas nos sentamos en la cafetería frente a la tienda de discos, en lo que esperamos a que nos traigan nuestra comanda.

—Lo sé, pero quería ser del todo sincera sin tener que hablar delante de todas las chicas —Su semblante perfilado me escrutaba, con algo de sospecha, ya que era obvio que mi excusa no era nada creíble.

—Nadia, también tuve tu edad y Tom me parece un chico agradable —Inicia, apoyando los codos sobre la mini mesa e inclinándose sobre ellos— Pero traten de verse cuando no tengamos que ensayar, por favor, que sino se atrasa mucho el trabajo.

—Me dormí, lo siento de verdad, no volverá a ocurrir —Aclaro— Pero nunca he antepuesto planes a los ensayos, no quiero perder esta oportunidad y desde luego no quiero hacerte perder el tiempo.

—Lo sé, eres muy buena en lo que haces —Que me diga eso me alivia bastante, pues aunque me dijese que estaba todo perdonado, la espinita iba a seguir plantada en mi subconsciente de todos modos— De hecho, quería comentarte un par de consejos que creo que te van a ayudar.

Asiento, totalmente dispuesta a escucharla, en lo que la simpática camarera nos trae un café hirviendo y un batido de melón, dejándolos sobre nuestra mesita.

—Yo al principio comencé bailando, pero después descubrí el sector de modelo y comprendí que rendía mucho más a nivel económico.

Sabía que Inhoa pudo ser modelo. Es decir, es sumamente bella, además de llamar la atención con sus rasgos rusos exóticos y personalidad atrayente. No me extrañaría que así fuese.

—¿Te refieres a modelo de pasarelas? —Cuestiono, después de beber un sorbo de mi bebida fresca y ella de su Capuccino.

—No exactamente; sino de portadas, catálogos, anuncios de televisión, revistas... —Enumera con sus dedos, con mi vista atenta en ella— Solo hace falta una formación, presentar un perfil y transmitir seguridad en ti misma para obtener resultados. Yo viví de eso hasta que cumplí los treinta, y no por la edad o por querer dejarlo, sino por dedicarles más tiempo a mis hijas.

—Lo comprendo, pero si insinúas que yo puedo hacer eso, no estoy segura de dar el perfil adecuado —Niego, algo apenada por estar despreciando su idea.

Es que ser bailarina y ser modelo —a pesar de ser algo similares—, no era lo mismo. Una cosa era danzar y otra posar o tener la capacidad de enamorar a la cámara.

—Yo pensaba lo mismo que tú, pero te aseguro que estás totalmente capacitada para hacerlo —Me anima, bebiendo otro sorbo, mientras me quedo pensativa— Si no te interesa o sientes que no es algo con lo que te sentirás cómoda, lo entiendo perfectamente. Es simplemente una idea por si querías incursionar en otros medios que te ofrecieran más dinero.

La idea me parece algo descabellada, pero no imposible. Además, si eso me ayudaba a conseguir más ingresos para poder asistir a la gira, ¿por qué desaprovecharlo?

—Y si decido hacerlo, ¿cómo es que debo iniciar? —Mi pregunta le hace sonreír con complicidad, interpretándolo como si ya hubiese accedido.

—Yo puedo ayudarte, necesitamos un portafolio con unas fotos tuyas profesionales y de estudio, un currículum con tus habilidades y rasgos físicos, y activar de nuevo mis contactos —Me guiña el ojo, como si fuese poca cosa, en lo que alzo las cejas escuchando cada petición.

What is Love | tom kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora