24: Heaven

5K 269 143
                                    












ABBY







El hecho de que Tom me confesara su mayor decepción y peor momento de su vida hasta ahora, me hizo replantearme un montón de cuestiones. La primera, que él me debería de tener una confianza más allá de la que me pensaba, porque estaba segura de que muy pocas personas conocían ese suceso tan terrible. Y la segunda, que Tom aguardaba por que yo me abriese del mismo modo, cosa que me aterraba muchísimo.

¿Y si resultaba que él formara parte del grupo de personas que se rehusaba a creerme a mi o a mi mamá? ¿Y si se daba el caso de que creyera las mentiras de Thiago en vez de las mías? O peor aún, ¿y si me tachaba de violenta por lo que le hice a mi propio padre?

Todas esas preguntas me nublaron la mente, quedándome en silencio mirando su bello rostro frente a mí con un brillo indescifrable en sus ojos. Puede que se tratara de esperanza, pues quería escucharme hablar a mi ahora.

—Gracias por tu sinceridad, pelinegra —Comenta, con veracidad, en lo que me tomaba por la cintura con delicadeza— Sabía que acabarías loca por mí, pero no que fuese tan pronto —Bromea, ladeando su cabeza con una sonrisa amena que me hizo poner los ojos en blanco.

—Sabía que acabarías arruinando el momento, pero no que fuese tan pronto —Le sigo el juego, sintiendo como me pega más a él, cuando mi pulso ya está más que disparado.

Suelta una risa nasal y ahora es él el que me toma por las mejillas con delicadeza para que lo siga observando —¿Tú no tienes nada que decirme?

—¿Te refieres a si un ex me engañó de ese modo? La verdad es que no, de momento no entra en mis planes —Aclaro, sintiendo que he hablado tan rápido como mi lengua me lo permitió.

—No me refería a eso en concreto, pero gracias por el dato —Me observa pacífico, sin querer presionarme, en lo que lo tomo por los brazos cuando siento que va a matarme el contacto visual.

—Tom, yo... —Me quedo muda, pues no sé como mierda continuar o que es en sí lo que quiero confiarle.

No es como si de repente pudiera soltarle: Oye, mi padre nos golpeaba a mi y a mi madre.

O: "Casi dejan a mi madre ciega por órdenes suyas, así que fui en su busca y le reventé un botellín de cerveza en la cabeza"

Eran confesiones difíciles de digerir y que no estaba lista para contarle, y no porque no le tuviese la confianza suficiente, sino más bien por el temor a su reacción. Digamos que ese acto de mi vida me avergonzó y me seguía avergonzando hoy en día, más no me arrepentía.

Pasa su dedo pulgar por mi labio inferior, como si se estuviese resistiendo o comprobando la suavidad de éstos.

—Si no quieres hablarlo ahora, puedo esperar Nadia —Sus palabras hacen eco en mi mente, dejando soltar un suspiro de alivio que lo hace sonreír.

De lo pegados que estábamos podía sentir como mis pezones se endurecían al estarse rozando con su pecho firme —¿Estás seguro?

Mi voz sale casi en un susurro por la sensación placentera de nuestra cercanía, notando como miraba mis labios con deseo al hablar.

—Soy bastante paciente —Asiente, ahora soltando mi cara para tomarse del borde de la encimera a cada lado de mi cuerpo, encerrándome e inclinándose hasta que su rostro queda arriba del mío.

—No hablemos, entonces —Sentencio.

Tomo en puño su camiseta hasta sellar nuestros labios con anhelo, correspondiéndome al mínimo segundo con el mismo deseo.








What is Love | tom kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora