32: Confío en Ti

3.7K 247 251
                                    














ABBY





Habían pasado incontables semanas. Casi un mes y medio, más concretamente, desde que todo se fue al carajo con Tom y no podía estar más destruida. Apenas comía, falté a varios ensayos, ya que por la falta de alimento y de sueño me impedía soportar el esfuerzo físico de bailar. Menos mal estábamos ya por acabar de una vez. Ver a Tom cada martes y viernes en los ensayos grupales me mataba, pues no dejábamos de mirarnos constantemente y eso solo aumentaban mis ganas de llorar. La tensión era horrible. Así que a esos días era los que no asistía principalmente, para ahorrarme la gran tristeza que eso conllevaba.

Jakob también me había estado llamando, preocupado por la actitud de Tom en la academia aquel día, pero lo tranquilicé al instante y le dije que todo estaba bien. Fue de los primeros que me vino a visitar cuando me aislé de cualquier contacto social y lo agradecí.

Georg y Gustav me escribían constantemente, sobretodo después de no saber de mi existencia durante tanto tiempo, incluido Bill, aunque a él lo veía más seguido cuando se juntaba con Jane y conmigo. Parece que les va muy bien y espero de corazón que ambos prosperen como pareja, se merecen lo mejor.

Tom no me había mandado más mensajes, pues prometió no incordiarme y respetar mi decisión de separarnos. Según él, jamás me iba a obligar a estar con alguien que yo no quisiese. Pero notaba su tristeza y su dolor, aunque nunca sabré con exactitud si él lo estaba pasando igual de mal que yo.

Nayeli, mi madre, me llamó con más regularidad durante este tiempo, aclarando que ya no nos comunicábamos como antes y tenía toda la razón. Antes no la llamaba tan seguido por lidiar con mis sentimientos, pero ahora era para que no me viera en este estado casi terrorífico.

La sesión de fotos que me programó Inhoa para aquel sábado —justo después del viernes trágico que me devastó— la reprogramamos para el siguiente, cosa que no podía fallar, pues encima de que me hacía el favor, lo mínimo era que yo asistiera.

Aunque recaudar más dinero ya no tenía sentido, pues por mucho que quisiera asistir a la gira para promocionarme como bailarina, no iba a ir si tenía que ver a Tom todos los días con mi corazón hecho trizas.

Acudí a la sesión, esforzándome por que las fotos salieran bien, cosa que por fortuna fue así. Inhoa se guardó una copia de mi portafolio para poder conseguir campañas de modelaje publicitario con sus contactos. Yo me guardé el original en el cajón de mi sala, aunque más para recuerdo, porque tampoco es que estuviese muy motivada en estos momentos.

Mi piel se tornó más pálida, mi cuerpo más delgado a la vez que débil, mis ojos ya no tenían brillo y habían unas bolsas oscuras casi tatuadas debajo de ellos a modo de ojeras.

Mis sesiones con la psicóloga me ayudaban un poco, aunque no le quería comentar lo que me ocurría en el ámbito romántico, pues hasta ahora solo me servía para que me fortaleciera en lo que a mi padre se respecta.

Adelaida tampoco se entrometió cuando comenzó a verme decaída, aunque si me ofreció irme a vivir con ella un tiempo para evitarme la soledad que me consumía. Obviamente me negué, pues justamente estar sola acompañada de Rayco era mi única medicina en estos instantes. No quería socializar con más nada que no fuese mi perro.

Por eso, la tarde del sábado se me pasó volando, creyendo que sería una más de esas aburridas en las que comía un plato simple de uvas granizadas y hacía por sexta vez un maratón de películas de Marvel en mi mullido sofá. Que equivocada estaba cuando sentí unos golpes en mi puerta.

Ni miro al abrir, encontrándome con mi mejor amiga sonriente y llena de vida. A diferencia de mi, que parecía una sombra con cero rastros de querer ser iluminada.

What is Love | tom kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora