31: Jakob

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ABBY







Al día siguiente casi no podía ni moverme cuando escuché la alarma. Al girarme, veo la botella de Tequila a la mitad y recuerdo el motivo de mi resaca descomunal. No pude ordenar mis pensamientos después de que Tom se fuera y pensé en las infinitas posibilidades que hubiera tenido si le contaba la verdad. Ahora mismo no recuerdo ninguna de ellas por lógicas razones, pero de seguro la mayoría eran desfavorables.

De repente, olfatear mi propio aliento me hace levantarme con la mayor rapidez posible hacia el baño para expulsar todo el alcohol que faltaba. No voy a mentir, estuve la mayor parte de la madrugada vomitando entre llantos y sollozos mientras me empinaba esa botella con dolor.

Patético. Lo sé.

Pero no tenía otra forma de olvidarme de lo más lindo que me había pasado y que tuve que renunciar. Ya era típico en mi vida la frase "era demasiado bueno para ser verdad" o "era demasiado bueno para que dure".

Me levanto como puedo, aún mareada, y me meto rápido a la ducha para no llegar tarde al ensayo.

El ensayo grupal, para variar.

Rápidamente me pongo un pantalón jogger ancho y una camiseta ancha de mi academia junto a mis deportivas. Me hago un moño apresurado y bajo a Rayco para que pueda hacer sus necesidades.

Al subir nuevamente, me despido de él con todos los besos posibles, tomo mi bolsa, el casco, las llaves y procedo a bajar hacia mi motocicleta.

No debería de conducir en mi estado, porque la verdad es que no le había dado el tiempo suficiente a mi cuerpo para que filtrara todo el alcohol fuera de mi sistema, pero no tenía otra opción ya que Jane de seguro ya estaba en la academia como para venir a recogerme.

Paso las calles a la velocidad necesaria, sin excederme, y aparco por fin frente al edificio. Entro atropellada, subiendo directamente al vestuario para quitarme el chandal y ponerme mis pantaloncillos de licra grises y mi camiseta de tirantes cómoda. Me hago un moño y me mojo la cara para disimular mis ojeras y mis ojos rojos por la falta de sueño.

Al salir, me dirijo a la sala donde —como es usual— todos me estaban esperando. Pero, al hacerlo, diviso a la persona que menos me esperaba encontrarme aquí.

—No me lo puedo creer...

Digo al acercarme y él se gira al escucharme sonriendo al instante.

—Lo sé, los Dioses griegos no suelen visitar a los insignificantes mortales —Responde con sarcasmo abriendo sus brazos de par en par.

Me acerco y correspondo a su abrazo de inmediato, notando lo mucho que había extrañado a mi mejor amigo.

Y a mi ex a la vez.

—Odio decirte esto, pero te ves terrible —Dice cuando nos separamos y yo le saco la lengua.

—Gracias, que considerado eres Jakob —Ironizo— He tenido días mejores, la verdad.

—Supongo que nos tendremos que poner al día, porque tampoco te dignas a escribirme desde tu cumpleaños —Me reprocha, despeinando mi moño en un gesto suave, pero que aún así consiguió marearme.

Me tambaleo y éste me sujeta por la espalda cuando siento que voy a desplomarme.

—¡Nadia! ¿Estás bien?

—Si, si —Me recompongo y sonrío, más pareciendo una mueca, para tranquilizarlo— ¿Qué haces aquí?

No parece muy convencido, pero capta que quiero evitar el tema y eso es suficiente —El resto de tus compañeras y mi academia están organizando una coreografía en conjunto, así que hoy comenzamos los ensayos aquí.

What is Love | tom kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora