Parte 11

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—Me importa una mierda lo que tengas que decirme, déjame en paz— se le escapó un sollozo. Sin poder contener el llanto.

—Vaya, vaya ¿Quién iba a pensar que el gran Pete Pongsakorn tenía ese vocabulario?— Vegas abrió los ojos.

—Eres realmente despreciable— quería llorar, ahora más que nunca. Un sollozo salió de sus labios. —Repugnante— una lágrima se desprendió de sus ojos. —Te odio.

—No llores.

—Te odio muchísimo.

—No me gusta que llores— esas palabras salieron tan fugazmente que Pete ni siquiera pudo escucharlas bien. Lo miró a los ojos, ahora ligeramente irritados por aguantarse las lágrimas. Vegas también lo hizo.

—Suéltame, por favor.

—De acuerdo— lo soltó suavemente. Pete respiró hondo. Desquitándose. Intentó irse, sin decirle nada más. Pero Vegas volvió a voltearlo para tenerle para él una vez más. —No quise hacerte llorar a veces no sé lo que digo.

—Olvídalo.

—Olvídalo tú primero— él le sonrió. Pete no pudo evitar sonreír a medias por la preciosa sonrisa de ese hombre. —Ahora, ¿me dejas ducharme? O es que quieres ducharte conmigo.

—No.

—Está bien— le vio salir. Menos enojado que antes. Lo cual le hizo sonreír un poco más. "Pete, Pete" dijo para sí mismo. Tenía claro que jamás le diría lo que borracho le había confesado y que ahora sentía, le gustaba, y mucho a decir verdad.

Stockholm Syndrome •VegasPete•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora